Las carreteras de Hidum, de la Vía Láctea y de la Acera de Reina Regente forman el triángulo que engloba el barrio del mismo nombre: Reina Regente. Como si de un laberinto se tratara, este barrio lo conforman callejuelas que suben bajan y se retuercen. De escaleras que te llevan a los miradores de la ciudad más inesperados o a la puerta de algún vecino del barrio.
Yusef, de 21 años, es el encargado de enseñar su barrio a El Faro. Allí se conocen todos, se van saludando a medida que se cruzan y él sabe dónde ir para encontrar a las personas que busca.
Son muchos los jóvenes que hay en el camino a la parte arriba del barrio. Todos coinciden en la misma preocupación: el empleo. Si no tienen trabajo, insinúan, no les queda más opción que “buscarse la vida”.
“Todo el mundo está sin trabajo, cada uno vive como puede, cada uno se mantiene con lo que puede”, dice Yusef.
¿Y a qué se dedica ahora Yusef? “Nada”, responde. Explica que no ha parado de echar currículums y no le llaman de ningún lado. “A esto se le llama barrio marginal, no sé por qué”, dice con un tono de ironía.
Yusef piensa que las soluciones tienen que venir de la clase política y preocuparse más por ellos y tomar medidas al respecto. “Aquí casi nadie trabaja, ni ningún joven. Mira, si nos estás viendo aquí parados mirándonos los unos a los otros. Luego dicen que hay problemas”.
Asegura que “no es normal” que, con 21 años, esté viviendo de su padre, el cual regenta una pequeña tienda. Aún así, subraya que hay amigos suyos que están en una peor situación. “Algunos no tienen ni padres”, dice.
Omar, de 19 años, coincide con Yusef en que no hay trabajo, pero matiza que “ellos no quieren estudiar” refiriéndose a muchos jóvenes del barrio. Cree que lo único que hay que mejorar en el barrio “es la gente”, señalando que muchos “buscan el dinero fácil” y las carencias que hay en materia de estudios y empleo.
Hana explica que hay gente que se dedica “en el barrio” y es un hecho que crea inseguridad en el barrio. Asegura que ha habido disparos al aire.
Por ello recalca que lo que necesita el barrio es emplear a su juventud para que no terminen “vendiendo droga” y “un poquito de disciplina”.
Mayores
Bussian es un vecino de la tercera edad. Explica que nació en el hospital de la Cruz Roja y su padre era militar, por lo que pasó mucho tiempo fuera. Ahora hace más de 20 años que vive en ese barrio. Dice que ahora en el barrio “hay mucha gente” y que ya no están los vecinos de antes. “Melilla es lo que es, y ya está”.
No cree que se puedan poner parques por la zona y critica, señalando una zona vallada de la carretera Acera Reina Regente, que iban a hacer obras, pusieron el cartel y este fue retirado y lo dejaron así.
Dicen que lo que hay en la ciudad “es mucho chorizo”. “Melilla podría estar preciosa, pero qué va. Cuando llega el dinero aquí se pierde, hay mucho chorizo”, insiste Bussian.
Las personas mayores también tienen sus dificultades. Solo hace falta adentrarse en las calles del barrio para preguntarse cómo se mueven los vecinos y vecinas que tienen movilidad reducida. Hassan, un residente del barrio, señala los problemas que tienen para mover a su abuela, en silla de ruedas, por las callejuelas.
Asegura que han pedido en numerosas ocasiones unas rampas o mejorar la accesibilidad al barrio, pero dice que la Administración no ha tomado ninguna medida al respecto. Mohamed también señala que las calles “no son muy estables” para las personas mayores.
Un problema que comparten los residentes de Reina Regente con otras zonas de la ciudad son los cortes de agua y de luz. “Una noche nos quedamos sin luz”, dice Mohamed. Hassan cree que hacen falta mejoras en el barrio.
Los más jóvenes, como Riduam, de 15 años, dicen que les falta un campo de fútbol, que el que hay en La Legión “está reventado” y apunta a que en otros barrios, como en La Cañada, sí que tienen más espacios para jugar.
Aún así, todos y todas coinciden en que “se vive bien” en el barrio y que hay buen entendimiento entre todos sus residentes. Mohamed, que lleva una caja con más de una decena de bollitos de pan, dice que a veces los reparte entre los vecinos.
El olor a comida indica que se acerca la hora de comer en el barrio. Se ve a familias que llegan con las bolsas de la compra. Abdelkader, con las bolsas en la mano, dice que ahí se vive muy bien, pero que la subida del precio de la luz se está haciendo notar.
Hassan, otro vecino que llega con la compra, se muestra más indignado aún. Asegura que el barrio está “olvidado y marginado” y critica que Coalición por Melilla “piensa en todos menos en este barrio”.
Unos adolescentes ayudan a Hassan a llevar las bolsas de la compra. Les señala y dice “mira los niños de aquí, ni uno trabaja”. “Vas a otros barrios y están todos trabajando, tienen parque, tienen de todo y aquí no tenemos nada”.
Recalca que los políticos conocen la situación de Reina Regente. “El barrio más olvidado es este. Mustafa Aberchán, gracias a este barrio, tiene el poder ahora en el Ayuntamiento. Toda la gente de aquí le ha votado y mira si está trabajando alguno… ¡ninguno!”.
Irse de Melilla
Yusef ha trabajado en varios países europeos. Entre ellos Alemania. Explica que allí ha vivido mucho mejor que en España porque apoyan a la juventud: les dan ayudas, les enseñan el idioma, les forman y pagan por ello… Sin embargo, explica que tuvo que volverse a Melilla para estar con su familia. “Te pagan 1.800 euros por recoger papeles del suelo”, dice.
Naima es una joven del barrio. Desde la ventana de su cuarto explica que ella estudia en el instituto Huerta Salama y dice que le gustaría ser guardia civil. Preguntado Yusef en qué le hubiera gustado trabajar si hubiera tenido más oportunidades, responde que se queda en blanco. Para muchos de ellos, los sueños, no existen.