El presidente de Coalición por Melilla (CpM), Mustafa Aberchán, ha reconocido en rueda de prensa que no le gusta Altos del Real como ubicación para el centro COVID, que acogerá a los migrantes del CETI positivos o que deban guardar cuarentena. Según ha comentado, él tenía en mente el campo de golf o la Residencia de Estudiantes Marroquíes, de la calle Juan de Lanuza 2.
Tengo que reconocer que no me gusta la opción del campo de golf porque, aunque su ubicación es ideal, es una instalación municipal de gestión privada y, por tanto, en mi opinión, intocable. Además, no hay que ir a la universidad para entender que los campos de golf necesitan un cuidado especial: convertirlo en un hospital de campaña evidentemente no entra en el catálogo de mimos recomendables. Ya tenemos bastante con los destrozos que haya podido sufrir nuestra Plaza de Toros. Si seguimos dejando lo poco bueno que tenemos a merced de las emergencias, cuando acabe el coronavirus nos encontraremos una ciudad pobre y, encima, con el patrimonio público arrasado.
Por su parte, la Residencia de Estudiantes Marroquíes, en efecto, es una buena opción si somos capaces (legalmente) de mantener recluidos a los migrantes en su interior, pero dudo de que esto se pueda conseguir y entiendo que la propuesta, al fin y al cabo, habría sentado como un tiro a los vecinos del Rastro. Estaríamos en las mismas. Tendríamos protestas similares a las del Real.
La propuesta no le habría hecho gracia al Consulado de España en Nador, que habría tenido que negociar o al menos informar de este uso coyuntural a Marruecos. No está el horno para bollos y lo sabemos. Rabat, con toda razón, podría entenderlo como una provocación y nosotros no jugamos a buscarle las cosquillas a Mohamed VI. En otro momento se habría podido hablar del tema, pero ahora, no es prudente. Más que nada porque doy por hecho que la gran mayoría de melillenses está deseando que abra la frontera en algún momento. No hay fecha ni barajamos plazos. Ya sólo queremos que abra cuando tenga que abrir. No hay prisas. Pero que abra. Y en cuanto al dardo lanzado por Aberchán, tengo que reconocer que me gusta.
Por otra parte, insisto, no creo que sea una buena opción poner un centro COVID cerca de una zona deprimida de la ciudad porque está demostrado que el coronavirus avanza allí donde la pobreza campa a sus anchas. Todos, sin distinción, estamos expuestos al contagio, pero la práctica demuestra que los temporeros del campo (en la península) y los migrantes (en Melilla) se han convertido en colectivos muy vulnerables a la COVID19.
Pero me quedo, con una frase que ha dicho Aberchán, que me parece digna de enmarcar. El líder cepemista ha venido a decir que no le gusta Altos del Real y que habría preferido otras opciones, pero cree que “no es el momento de crispar”. Y le aplaudo. No es el momento porque hoy por hoy la unión es un requisito indispensable.
Pero no puedo evitar darle vueltas a eso de que “no es momento de crispar”. No sé si recuerdan, que la delegada del Gobierno, Sabrina Moh, dijo que había propuesto el Fuerte de Rostrogordo para acoger a los migrantes del CETI contagiados o sospechosos de tener coronavirus. No lo hizo cuando ella dijo que lo había hecho, pero da igual: el caso es que lo dijo.
Por tanto, si CpM tenía en mente dos emplazamientos (campo de golf y Residencia de Estudiantes Marroquíes); PSOE otra ubicación (Fuerte de Rostrogordo) y a Madrid Cs le sugirió otras tres opciones (Altos del Real, Cuartel de Santiago y la Ciudad del Fútbol de La Cañada) que no coinciden con las de los partidos que le acompañan en el Gobierno, es evidente que la decisión tomada, de instalar el centro COVID en Altos del Real no ha sido consensuada.
Salta a la vista que CpM, Ciudadanos y PSOE no se han sentado a una mesa ni se han reunido vía Zoom o Skype para decidir algo tan importante y que tiene tanto impacto en la ciudad como la habilitación de instalaciones para descongestionar el CETI y cumplir con las medidas sanitarias recomendadas en caso de positivos de coronavirus.
Repito, sabemos que nadie quiere tener algo así en su barrio. Las reivindicaciones de los vecinos del Real son legítimas, pero en algún sitio debía estar y esta ciudad tiene 12 kilómetros cuadrados. Aquí hay lo que hay y punto.
Qué menos que sentarse una hora a decidir qué propuesta se enviaba a Madrid. Pero, visto lo visto, no ha habido consenso. Por eso cobra especial relevancia la frase de Aberchán: “No es momento de crispar”. ¿Quién está crispando?
Me asombra, por otro lado, que siendo CpM el partido que más escaños aporta al tripartito no haya sido escuchado por los motivos que sean, que doy por hecho que existen. Y es ahí donde me pregunto si por no crispar, Aberchán está tragando en seco.
Tengo que reconocer que de los tres partidos que forman el Gobierno, los cepemistas son los que mejor han entendido que esto no es una carrera de 100 metros. Esto una carrera de fondo. Han decidido que lo ideal es el ‘low profile’ y si hay algo que se le puede aplaudir a Mustafa es su capacidad indiscutible para mantener las filas prietas, aunque haya quienes defienden que, como Juan José Imbroda, debería colgar ya los guantes porque Melilla necesita renovación, savia y caras nuevas.
Me llama la atención que tus argumentos acerca de el campo de golf de Melilla sean: que el campo requiere de cuidados especiales; que es bonito, y no quieres que se lo carguen como hicieron con la Plaza de Toros (que habría que ver si está tan destrozado como se dice) ¿De qué estamos hablando? Creo que una emergencia sanitaria de repercusiones mundiales puede perfectamente justificar que el "bonito" (que no sé muy bien cómo calificas un sitio así de bonito) campo de golf que usan TANTOS melillenses, sea destinado a aliviar la situación de la ciudad. A mi entender, el campo de golf es un lugar muy recomendable y me sorprende que no haya sido el sitio elegido. Un saludo.