El consejero dice que el hecho de que haya algún plástico no significa que haya contaminación.
“Las banderas azules son totalmente merecidas”. Así lo aseguró ayer el consejero de Medio Ambiente, Manuel Ángel Quevedo, después de que la asociación ecologista Guelaya dijera la semana pasada que en nuestra ciudad los criterios para conseguir esta distinción “están lejos de cumplirse”. Quevedo, sin embargo, recalcó que la calidad del agua en nuestras siete playas es “excelente”.
El consejero reconoció que ocasionalmente hay algún plástico flotante en la costa, pero recalcó que eso no hace que la calidad del agua disminuya. Quevedo explicó que se hacen análisis de agua cada siete días en Melilla, aunque lo habitual es hacerlo cada 30. Además, dijo que se colocan los resultados en tablones para que cualquiera los pueda ver.
Sin embargo, Guelaya no está de acuerdo con estas declaraciones. La asociación asegura que salvo los requisitos de servicios, que tienen que ver con aseos y demás utilidades, el resto de condiciones están lejos de cumplirse. La entidad aseguró que en el control de parámetros del agua de baño se especifica que tiene que haber “ausencia de contaminación flotante” como plásticos, botellas, vidrios o contendedores. Algo que la entidad dijo que no se cumple en nuestra ciudad.
Por su parte, Quevedo indicó ayer que cumple cuatro veces más de lo que se exige para obtener la bandera azul. Apuntó que hay más socorristas de los exigidos y destacó el mobiliario y el equipamiento, además de reiterar la buena calidad del agua.
Hay que recordar que, de cara a este verano, la ciudad cuenta con dos banderas azules, una para la playa de La Hípica y otra para El Hipódromo-Los Cárabos.
Desperdicios en la playa
Guelaya también criticó la falta de civismo de algunos ciudadanos que provocan que se haya producido un aumento de desperdicios. Indicó , como ejemplo, el contenedor que hay junto al espigón del Hipódromo donde según la asociación ecologista se acumulan “latas y botellas”.
El consejero de Medio Ambiente también se refirió a la situación de los fondos marinos. Dijo que en principio no se puede hacer mucho por ellos. Explicó que los de la zona sur sólo tendrán algunos restos de cristal que hayan quedado de la temporada pasada, pero señaló que el mayor problema es el uso inadecuado que se hace de los diques. “Vamos a intentar este año ser aún más estrictos en su persecución”, apostilló. “Es básico saber que dentro de una playa no se puede usar vidrio y menos aún, saber que no hay que romperlo contra una roca”, continuó.
El presupuesto para playas de este año será de 800.000 euros, de los que 300.000 estarán destinados a vigilancia y socorrismo.