La sociedad pública de Promoción Económica de Melilla, Promesa, cumple una función importante dentro de la sociedad melillense, por mucho que algunos les cueste reconocer. Los datos aportados ayer por su máximo responsable así lo confirman. Un total de 500 puestos de trabajo en los últimos cuatro años a lo mejor no son para lanzar las campanas al vuelo, pero teniendo en cuenta el elevado paro en la ciudad y lo que se hace para su reducción por la autoridad competente, son realmente significativos.
Si a ello le sumamos las subvenciones que se prestan a los empresarios –una de las últimas un sistema de ayudas para hacer frente a las cuotas patronales–, todavía mejor que mejor.
Luego viene el apartado formativo, del cual se han beneficiado en los dos últimos años 2.100 personas, algunas de la cuales, además, están recibiendo un sueldo por su asistencia a clase.
Las críticas, si son constructivas, tiene sentido y deben ser escuchadas y estudiadas porque de ellas se puede sacar provecho. El resto son sólo palos de ciego, sin sentido y a los que es difícil encontrar un motivo sensato más allá de la queja por la queja.