La Asociación Pro Derechos de la Infancia (Prodein) en Melilla manifiesta que si bien las entradas de inmigrantes a nuestra ciudad son muy reducidas, no sucede lo mismo con los intentos de entrada.
Unos intentos que están dejando unas cifras "lamentables" en cuanto a fallecidos se refiere. Números muy elevados de acuerdo con el representante de esta ONG, José Palazón, quien en declaraciones a El Faro lamentó que la ciudadanía melillense desconoce de esta situación, puesto que en la inmensa mayoría de los casos, los cuerpos aparecen en las costas del país vecino.
Palazón aprovechó para contar una anécdota que ha vivido recientemente, cuando conoció a un ciudadano marroquí que vino a Melilla en busca de un familiar cercano, quien supuestamente entró a nado en la ciudad hace 6 semanas. Sin embargo, hasta la fecha, la familia no tenía noticias suyas.
"Estaba muy preocupado, le dije que fuera a preguntar a la Guardia Civil o al CETI. Es inevitable no ponerse en lo peor en casos así".
En este sentido, José Palazón lamentó la situación fronteriza actual. "Esa es la normalidad de hoy en día en Melilla y a la que nadie quiere prestar atención".
Control
En semanas recientes se han producido sendas entradas masivas e intentos de entrada en nuestra ciudad. Por este motivo, desde Delegación del Gobierno se anunció que ante estos escenarios de mayor presión migratoria se han implementado refuerzos necesarios para mantener un control fronterizo.
En últimas semanas, Marruecos viene llevando a cabo un potente refuerzo en el perímetro fronterizo ante la situación en los alrededores. Diversos cuerpos de seguridad y autoridades públicas del reino alauí han activado cinturones de seguridad en numerosos puntos marítimos y terrestres para impedir cualquier intento colectivo de entrada masiva en Melilla.
A nivel de la región de Nador, próxima a Melilla, se ha establecido una estrecha coordinación entre la zona de seguridad regional, la Gendarmería Real, las Fuerzas Armadas Reales y las Fuerzas Auxiliares, con decenas de agentes en las zonas fronterizas y marítimas, especialmente a la altura de la playa de la Bocana en Beni-Enzar y el puerto.
La fuerza pública también ha intensificado su vigilancia en la valla a la altura de Beni-Enzar, Farhana y Barrio Chino, además de instalar barreras judiciales para identificar a los usuarios de la vía pública próxima a la frontera y confirmar su destino.
Palazón califica esta movilización en la zona como "indescriptible". El responsable aprovechó para continuar desgranando a este medio el aumento de la concentración de efectivos en la zona, hablando de hasta 3 vallas con concertinas, dos fosos y todo un despliegue de soldados armados.
"Es una vergüenza. Esta es la paz que tenemos en Melilla".
Precisamente, Palazón relacionó el refuerzo de seguridad en el perímetro fronterizo en ambos lados con el aumento de la presión migratoria en la ruta canaria. Según dijo, la presión aquí habría empujado a un gran número de personas a buscar otras rutas.
Presión
Respecto a la presión migratoria actual, Palazón reconoce que existe una clara presión migratoria al otro lado de la frontera. No obstante, aleja esta situación de la que se está viviendo en la ciudad hermana de Ceuta, toda vez que la orografía de alrededor es distinta entre ambas ciudades y la densidad de población en la zona es menor en Melilla.
Además, no quiso entrar en diferentes circunstancias que, según dijo, hacen que las cosas sucedan de forma distinta.
"Hay presión migratoria, sin duda. Pero la situación no es igual a la de Ceuta".
CETI
La cifra de usuarios en la actualidad supera las 400 personas. En el último año, la composición de los inmigrantes acogidos en el CETI ha cambiado sobremanera. Actualmente, una gran parte de los usuarios son latinoamericanos, siendo los colombianos la mitad de los acogidos actuales y habiendo un centenar de venezolanos.
También hay un grupo pequeño de peruanos y paraguayos residiendo en el CETI, donde apenas queda una veintena de subsaharianos, el perfil tradicional de usuarios de este centro, ahora reducido a una minoría porque, hasta la fecha, no se han producido saltos a la valla desde la tragedia del 24-J, hace más de dos años.
Además, suelen materializarse traslados de usuarios a la península cuando se da la oportunidad. Por ello, el Centro cuenta con las plazas disponibles en caso de producirse una entrada masiva.