“No se repetirán las avalanchas de inmigrantes de hace unos años a no ser que alguien las provoque”. Así de contundente se pronunció el máximo dirigente de la ONG melillense Prodein, José Palazón, cuando se le inquirió por la presión fronteriza que sufre la Ciudad Autónoma desde mediados del 2010, momento en el que comenzó a incrementarse la entrada de inmigrantes.
Ahondando en dicha cuestión, Palazón señaló que los niveles de entrada en Melilla han sido constantes desde el pasado mes de mayo, manteniéndose la cifra diaria en 2,5 personas aproximadamente. De igual modo, recalcó que este aumento vino acompañado de un cambio en las estrategias que utilizan los inmigrantes para llegar a suelo europeo.
Así, subrayó que ha decrecido el número de personas que contactan con mafias para entrar en Melilla, ya que ahora se aventuran por vía marítima en patera procedentes del reino alauita.
En cuanto al número de personas que podría estar aguardando en las cercanías del país vecino una oportunidad de traspasar la frontera, el máximo dirigente de Prodein auguró que podría superar el millar.
Destino, la península
No obstante, matizó que esta cifra no significa que dichos inmigrantes estén a la espera de entrar en Melilla, ya que calculó que buena parte de ellos podría estar pensando en intentar alcanzar la península en patera.
Además, agregó que no se están levantando los campamentos que hace unos años existían en el monte Gurugú, en los cuales cientos de personas de origen subsahariano vivían a la espera de poder burlar la valla fronteriza.
“Ahora no hay agrupaciones estables”, añadió Palazón, “aunque la entrada es continua es más probable que lleguen de manera paulatina. No habrá avalanchas a no ser que alguien esté interesado en provocarlas”.
Argelinos y subsaharianos
Al hilo de sus palabras a ‘El Faro’, afirmó que la mayor parte de las personas que están llegando son de nacionalidad argelina o de países al sur del Sáhara.
En lo que se refiere a la situación del Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI), recalcó que la tendencia actual es conceder salvoconductos cuando los residentes se acercan a los cinco años de permanencia en la Ciudad Autónoma.
Algo que está afectando de lleno al colectivo hindú, que al parecer está siendo trasladado a la península de manera progresiva con este tipo de permiso sin que tengan que pasar de manera previa por un Centro de Internamiento de Extranjeros (CIE).