Lleva un año y cuatro meses en prisión. Se llama Yawad M. y fue detenido en Melilla el 16 de diciembre de 2014. Está acusado de pertenecer a una red reclutadora de mujeres para enviarlas al autodenominado Estado Islámico.
Sin embargo, su abogado cree que “se hacía el interesante, dando a entender que sabía de religión islámica, para ligar”.
Con tan mala suerte, que las mujeres que empezaron a acercarse a este particular Don Juan no sólo estaban interesadas en el Islam sino supuestamente en marchar a Irak, cogiendo un vuelo desde Nador para incorporarse a la organización Daesh.
Cabreo por un embarazo
Una de ellas, ceutí y casada, de nombre S.D., se habría quedado presuntamente embarazada del joven melillense. Éste le dijo que se desentendía, que abortara, que se haría la prueba de paternidad, que no le liara la cabeza y ella le amenazó con denunciarlo por captar mujeres para la Yihad. “Eres un captador de mujeres. Tu puta madre. Tú eres un captador de mujeres para follarlas. Eso es lo que eres. Estás muy lejos de la yihad. Tú eres un mierda nada más”, le dice ella a Yawad M. en una conversación telefónica incluida en el informe final de los investigadores de la ‘operación Kibera’, al que ha tenido acceso El Faro.
A este supuesto yihadista melillense se le relaciona con Mohamed El Bali, un marroquí acusado de terrorismo, que cumple condena en su país tras ser extraditado por España. Lo único que les une, según lo recogido en las conclusiones policiales, es que ambos vivían en Melilla y eran vecinos.
El documento no incluye detalles de la supuesta relación que existía entre ambos. En cambio sí se detiene en los pormenores de la relación extramarital que el joven melillense mantenía con la supuesta cabecilla de la trama de captación de mujeres para la Yihad: Wuafila M. A., una joven de Melilla que llegó a organizar reuniones en su casa y creó al menos un grupo cerrado de WhatsApp para convencer a sus invitadas para que se incorporasen al Daesh.
Todas las melillenses detenidas en diciembre de 2016 (Wuafila, Fausia, Nadia, Dunia, Soraya y Chimma), acusadas de pertenecer a una red que reclutaba mujeres para la organización Estado Islámico, están en la calle sin fianza. Elsupuesto picaflor sigue preso.
La Policía le imputa un delito de integración o pertenencia a una organización terrorista. Él asegura a su familia que le han metido en la cárcel “por la cara”.