Liarte y Escobar lamentaron que el legado de Imbroda sea una ciudad con más paro y menos democracia.
El pleno de control, que suele prolongarse hasta más de cinco horas, ayer terminó más temprano debido a que el Gobierno indicó a los Grupos Socialista y Populares en Libertad que contestarían la mayor parte de sus preguntas por escrito. El Grupo Socialista corrió mejor suerte, pues de sus cinco preguntas una fue contestada, pero PPL se quedó sin ninguna respuesta. Además, Liarte retiró la primera de las cuestiones relacionada con la comparecencia de Imbroda en el Supremo. Al finalizar la sesión plenaria, tanto Liarte como Escobar lamentaron la negativa del Gobierno local a responder a las preguntas planteadas. El líder socialista sostuvo que el PP acudió al pleno con esta “estrategia” y criticó a la vicepresidenta primera de la Asamblea, Cristina Rivas, de ser “cómplice” de la misma.
El portavoz de Populares en Libertad se fue del pleno “decepcionado” no solamente por la actitud del Gobierno sino también porque el legado de Imbroda de cara a las elecciones no es nada halagüeño. “Queda una ciudad de Melilla con los peores datos de paro de su historia, con un contrato marítimo que genera mucha incertidumbre de cara al futuro y con una corrupción desatada y galopante que afecta a la práctica totalidad de las dependencias de la Ciudad. Por eso creemos que la situación es inasumible e insoportable”.
Actitud “caciquil” de Rivas
Por su parte, el portavoz del Grupo Socialista, Gregorio Escobar, lamentó la falta de interés del Ejecutivo popular por no estar dispuesto a mejorar la participación ciudadana y el diálogo social, al igual que el hecho de que todas las dependencias de la Ciudad estén “bajo sospecha con la contratación y la concesión de subvenciones. Es lamentable que el legado de Imbroda esté sometido a la sospecha y carezca de confianza y credibilidad”, destacó.
Escobar se mostró más molesto aún con la actitud de Rivas, que cuando él estaba planteando una pregunta le interrumpió. “Es impresentable y una cacicada que a un diputado no se le permita argumentar una pregunta en un pleno de control. Es una muestra de que la democracia en nuestra ciudad ha quedado degenerada absolutamente”, zanjó el líder socialista.