La mujer sostuvo que ocurrió después de que ella tirase un plato en el que él había vertido cocaína
La Fiscalía de Melilla pidió ayer un año de prisión para un individuo acusado de un delito de violencia de género en el ámbito familiar. También reclamó la imposición de una orden de prohibición de incomunicación y aproximación de 200 metros por un periodo de tres años, para que no pueda acercarse a la víctima. Según sostuvo en su escrito acusatorio, el hombre golpeó a su pareja en la cabeza y luego le puso un cuchillo en el cuello, causándole heridas superficiales en el mismo. Estos hechos tuvieron lugar en la madrugada del pasado día 8 en el interior de la vivienda en la que ambos convivían, en la calle Nápoles, situada el barrio Calvo Sotelo, tal y como se describe en la denuncia.
El acusado compareció en la mañana de ayer ante la magistrada titular del Juzgado de lo Penal número 2 de Melilla. El hombre dijo que, aunque vivía con la víctima, nunca mantuvieron una relación sentimental. Según sostuvo, tuvieron un “cambio de impresiones”, pero no fue una discusión, ni él la agredió o amenazó. Afirmó que la mujer cogió un cuchillo con el que se autolesionó en la vivienda.
La víctima, sin embargo, dijo que llevaban cerca de un año manteniendo una relación de pareja. Según explicó, el hombre “abrió una bolsa de cocaína y la puso encima de la mesa”. Entonces, ella le preguntó qué hacía, ya que él tenía que marcharse de viaje. “Me dijo: cállate zorra, no es tu problema”, sostuvo la mujer en el juicio.
Según relató, ella tiró el plato sobre el que había vertido la droga y él reaccionó de forma violenta. “Me tiró al suelo, me pegó patadas en la cabeza”, dijo. Luego, el encausado le puso un cuchillo en el cuello cuando ella se encontraba arrinconada contra la pared, siempre según la versión de la denunciante.
La mujer continuó contando que consiguió escapar y encerrarse en el baño, muy asustada, aunque él rompió la puerta. Según expuso la víctima, estaba embarazada y perdió al bebé “del miedo” el día que declaró en la comisaría.
Un agente de la Policía Nacional declaró en el juicio que se encontraron con la mujer sobre las cinco de la madrugada tras recibir un aviso de la sala del 091. “Nos dijo que había sufrido una agresión de su pareja”, sostuvo el funcionario. Según explicó, la mujer estaba muy nerviosa y había manifestado a los agentes que su pareja le había pegado patadas en la cabeza y que le había hecho heridas en el cuello con un cuchillo.
La médico forense, por su parte, señaló en el juicio que había un error en su informe, ya que la mujer sufrió lesiones en la parte derecha de la cabeza, mientras que la perito escribió que fue en el lado izquierdo. Por otro lado, a preguntas del letrado de la defensa respondió que las heridas que tenía en el cuello podrían ser compatibles con autolesiones. No obstante, aclaró que ella no podía “hacer magia” ni, en base a las lesiones, reconocer cómo sucedieron los hechos exactamente.
Finalmente, la fiscal solicitó que el individuo fuese condenado en los términos que exponía en su escrito. A esta petición se adhirió la letrada que representaba a la mujer como acusación particular. La defensa, por el contrario, incidió en que la víctima había incurrido en numerosas contradicciones, por lo que reclamó que su cliente fuese absuelto.
El caso quedó visto por la magistrada del Juzgado de lo Penal 2 para dictar una sentencia.