El Pleno aprobó este miércoles varios puntos de modificaciones o transferencias de crédito, entre otros temas económicos. Fue llamativo ver cómo el PP y Vox votaban a favor de algunos de estos cambios y, sin embargo, Coalición por Melilla (CpM) se abstenía en tres votaciones. Fue sorprendente ver la defensa de los consejeros cepemistas de Medio Ambiente y de Infraestructuras de unas inversiones que se van a hacer con el dinero del superávit del pasado año y, a la hora de votar, que el líder de CpM, Mustafa Aberchán, dijera que su partido se abstenía en este punto.
En concreto, la primera abstención de los cepemitas fue cuando se votó la transferencia de crédito entre la misma área de gasto referente a subvenciones nominativas por un importe de 337.512 euros. No hubo ninguna intervención de los partidos políticos y en la votación Aberchán dijo que se abstenía mientras que el resto de partidos daban un ‘sí’.
Esto mismo volvió a pasar en el siguiente punto. Se votaba y debatía entre los diputados una modificación de crédito por suplemento de crédito por 1.390.960 euros que procedía de un remanente líquido de esa misma cantidad. CpM volvió a abstenerse en esta votación.
Y los cepemistas emitieron el mismo voto a la hora de aprobar el presupuesto de las inversiones financieras sostenibles por 10.460.700 euros y que está vinculada con el superávit del pasado año.
Tras el pleno, el portavoz del PP, Miguel Marín, aseguró que solo se puede valorar la abstención de los cepemistas en estas votaciones como un signo de que hay división en el Gobierno local.
El ‘no’ del PP
Durante el debate de los temas económicos hubo par de enfrentamientos entre los diputados. El primero de ellos estuvo relacionado con la eliminación de dos subvenciones nominativas para destinar ese dinero, unos 90.000 euros, a la Consejería de Presidencia.
El diputado del PP, Daniel Conesa, bajaba de la Mesa de la Asamblea, donde es vicepresidente segundo para preguntar por qué se eliminaba una subvención nominativa a la Comunidad Islámica Iman Malik, cuando se iba de destinar el dinero para desarrollar un programa bajo el nombre ‘El islam es tolerante’.
El consejero de Hacienda, Julio Liarte, explicó que cuando se creó la nueva consejería de Presidencia se demandó más crédito por parte de esta área para poder financiar gastos hasta final de año.También explicó que el hecho de que aparezca que una entidad recibirá una subvención nominativa no hace que se le vaya a entregar ese dinero, sino que hay que seguir unos pasos. Dos subvenciones nominativas no se habían formalizado a través de un convenio y los responsables de otorgar este dinero ofrecieron esos créditos a Hacienda.
Conesa dijo que estaban de acuerdo con toda la parte administrativa, pero que detrás de esta decisión había un interés político. Subrayó que la Consejería de Distritos, de la cepemista Dunia Almansouri, ha decidido no dar esta ayuda a una comunidad islámica porque “no están de acuerdo con sus planteamientos” desde CpM.
Esto llevó a los populares a votar en contra de este punto. Fue la única vez porque en el resto de votaciones dieron un ‘sí’.
El conflicto vino cuando el portavoz de CpM, Mustafa Aberchán, quiso intervenir, pero Conesa tiró del Estatuto de la Asamblea y le dijo que no podía porque ya había pasado su turno. Aberchán solicitó entonces que cambiaran una pantalla de ordenador de la Mesa de la Asamblea porque había levantado la mano cuando le tocaba y no le habían visto. El ordenador cambió de ubicación.
El PSOE y la cuenta 413
En uno de los puntos en los que se abordó el reconocimiento extrajudicial de crédito o también llamada cuenta 413 solo intervino el portavoz del PSOE, Francisco Vizcaíno, para asegurar que su formación siempre ha dicho que ésta era un “cajón de sastre” cuando estaba en la oposición.
Expresó que espera que ahora que está en el Gobierno, aunque la haya tenido que utilizar, sea lo mínimo de cara al próximo año.
Superávit y las obras
El debate volvió al pleno cuando se abordó la aprobación de más de 10 millones de euros para inversiones financieras sostenibles. El diputado del PP, Manuel Ángel Quevedo, aseguró que su partido iba a votar a favor porque el 85% del presupuesto iba a proyectos que redactó el Gobierno popular y porque gracias a la gestión del Ejecutivo anterior, al pagar a los proveedores en unos 26 días y por debajo de los 30 días que marca la ley, se podía destinar ese dinero a obras de mejora de la ciudad.
Sin embargo, Quevedo no está convencido con las fases que se van a continuar, por ejemplo, en la rehabilitación del barrio del Industrial y en el centro. A su juicio, como el Gobierno local “no ha mamado” esos proyectos no saben cómo continuar. Subrayó que en lugar de hacer la peatonalización de General Pareja a Sidi Abdelkader, hubiera reformado la Plaza de España y la zona del Kursaal o hubiera comenzado con la instalación de la zona azul. En cuanto al Industrial, dijo que el PP hubiera continuado con Carlos V en lugar de hacer calles entre el Paseo Marítimo y Marqués de Montemar. También dijo que no se destinaría más de 1,2 millones a arreglar los almacenes generales y la Consejería de Infraestructuras, sino a otras cuestiones más urgentes.
El consejero de Medio Ambiente, Hassan Mohatar, lamentó que el PP criticara sus propios proyectos y dijo que poco han podido intervenir los consejeros nuevos porque las actuaciones de inversiones financieras sostenibles deben estar licitadas antes de que acabe el año y no han podido generar los proyectos que hubieran deseado. Pero remarcó que se exigirá en los pliegos de condiciones a las empresas que concursen para hacer estos proyectos que 10% de los nuevos empleados que contraten tienen que ser parados de larga duración.
El consejero de Infraestructuras, Rachid Bussian, también intervino para asegurar que Quevedo había mentido a los melillenses al asegurar hace unos días que habían dejado 44 proyectos y preguntó si es que el popular estaba enfadado con este tema porque se habían dejado fuera proyectos que tienen que ver con “un gabinete de arquitectura que le es familiar”.
Estas afirmaciones provocaron que los populares les respondieran y se armara un revuelo. Cuando terminó, el presidente de la Ciudad, Eduardo de Castro, llamó la atención a la diputada del PP, Esther Donoso, porque aseguró que se estaba “mofando” de él con “sus gestos y con aspavientos que no vienen a cuento”.
Marín también comentó que no habrá inversiones en 2020 porque cree que se dobla el tiempo de pago de factura.
Se abstendrá en todo lo que venga de Liarte.