Después de varios meses de aumentos continuos de las cifras de paro en Melilla, que se haya producido un descenso en el atosigante número de desempleados que registra la ciudad, es una buena noticia, aunque sólo hayan sido 24 las personas que hayan encontrado trabajo en el pasado mes de agosto.
Melilla sigue teniendo 11.384 parados. Una cifra inaguantable para una economía como la nuestra, que exige de medidas de 'discriminación positiva' por parte del Estado español, si pretendemos asegurar la paz social en nuestra tierra y apuntalar nuestro enorme potencial como ciudad europea en el norte de África.
La reclamación no persigue medidas proteccionistas sin fundamento, sino una compensación a los mayores problemas que nuestra lejanía geográfica, nuestras limitaciones territoriales, nuestra variedad social y nuestra alta densidad poblacional conforman en perjuicio de nuestro desarrollo económico.
Por tanto, celebremos que el paro, por una vez, ha bajado en esta ciudad, pero sigamos demandando una política correctora que con el apoyo del Gobierno central y la Unión Europea nos permitan compensar los mayores handicaps naturales que permiten explicar el porqué de una tasa de paro tan excesiva como la que sufre Melilla.
Por otro lado, entramos en la recta final de una Feria que se está mojando más que ninguna otra pero que, aún así, pasada por agua, sigue pujante, demostrando que en la alegría también podemos hacer piña como pueblo en un gesto de solidaridad que a su vez beneficie nuestra mayor dinamización económica.