Melilla es otra vez el escenario de un nuevo éxito de La Legión. Nuestra ciudad siempre ha podido contar con los legionarios.
Han estado al lado de los melillenses en los momentos más críticos de su historia, han acudido en su auxilio cuando la situación era desesperada y ahora vuelven a dar un paso al frente. Esta vez no se trata de responder poniéndose en primera línea ante un episodio crítico o ante un peligro. Es precisamente lo contrario. Ahora se trata de situarse en la segunda fila, trabajar desde la sombra para colocar a Melilla en lo alto del escenario deportivo. Gracias a ese esfuerzo, una multitud de atletas recorrió ayer las calles de nuestra ciudad. Lo hizo por segundo año consecutivo superando las cifras de la primera edición. El primer participante en cruzar la línea de meta en bicicleta fue Joaquín García Nieto y el primero en hacerlo a la carrera, Fuad Hamed Sousan. Ambos fueron los ganadores de la prueba, pero antes de que cualquiera de los dos tomara la salida, La Legión ya había comenzado a vencer. Y confirmó su éxito de organización cuando el último de los participantes cruzó la línea de meta.
Los legionarios lo volvieron a hacer superándose a sí mismos con un derroche de esfuerzo y sacrificio. Si Melilla disfrutó ayer de una excelente jornada deportiva, se lo debemos al trabajo y dedicación de estos soldados. Melilla es afortunada por poder contar con ellos cada vez que los necesita y por recibir el fruto de su profesionalidad y generosidad. Ayer nos regalaron la prueba deportiva más importante que se celebra en nuestra ciudad. Llenaron de vida y colorido nuestras calles y dieron un importante impulso a la economía local. Los hosteleros, especialmente los del centro de la ciudad, vieron sus establecimientos como pocas veces tienen oportunidad de contemplarlos en un fin de semana.
Melilla ha contraído una nueva deuda con sus legionarios.