Responsabilizar a Imbroda o a su Gobierno de lo ocurrido en Cabrerizas cuesta de inmediato una querella, y una cascada de declaraciones condenatorias por parte del Gobierno Local. Sin embargo, decir que el delegado del Gobierno Gregorio Escobar y los Planes de Empleo de La Delegación son los responsables de los incidentes parece que es algo lógico y hasta admisible.
Está claro que no se puede responsabilizar ni a uno ni mucho menos a otro (Delegación del Gobierno) de lo ocurrido, pero tampoco se puede admitir “la legitimidad moral”, como sí hizo el presidente Imbroda para la protesta y todavía hoy, los miembros del equipo de gobierno de Imbroda siguen pronunciándose en la línea marcada por el Jefe. Se condenan los incidentes pero se admite “el sustrato real del malestar social que le dio origen”.
El aparato de propaganda y manipulación del PP ha conseguido que la mayor operación de contratación de la historia de Melilla (1600 personas), haga parecer como culpables a los emisores del proyecto, esto es, la Delegación del Gobierno.
Es un sutil doble juego que siempre beneficia al Partido Popular y que extrae de una máxima política que se expresa del modo siguiente: “los incidentes provocados o que tengan por integrantes al colectivo musulmán, tanto si estos se producen en Marruecos (Frontera), como en el corazón de Melilla (Reina Regente/Cabrerizas), tienen un efecto agrupador del voto del colectivo peninsular/cristiano, en torno al Partido Popular”. Acción política que denomino como: “efecto Don Pelayo”. El PP no provoca los incidentes, pero sí acude a la recogida de los beneficios electorales, y como esta línea política le da frutos, insiste en ella y afirma que: “Con el Plan de Empleo de la Ciudad Autónoma no ocurrirá lo mismo”. El Gobierno del PP tiene planes de empleo para “los desheredados”, para los jubilados de lujo y también una línea de empleo de alta gama.
Obviamente se puede hacer decenas de críticas a la selección y a la baremación de unos Planes de Empleo, pero la virtud de hacerlos públicos, como en esta ocasión, radica en que los seleccionados están a la vista de todo el mundo y si alguien ha hecho trampa, entonces se puede acudir a reclamar en los plazos y modos legales y habilitados al efecto. Por tanto, la comprensión hacia lo ocurrido debe ser nula y absolutamente condenatoria.
Es una realidad y no sé porqué se produce, que determinadas personas están siempre en los planes de empleo y otras no entran nunca y eso ocurre y causa mucho malestar y mucha desesperación, aunque también podríamos pensar que hay personas que saben moverse entre los vericuetos administrativos y otras que no.
La sensación es que en los dos últimos decenios han pasado ríos de dinero por la ciudad y que muy poco se ha consolidado como parte de las infraestructuras ciudadanas. ¿Por qué no se habla de la Ciudad del Futbol en los Altos del Real? ¿Por qué no se dice qué costó y cuanto sigue costando una infraestructura inutilizable?. ¿Nadie piensa que no se pueden invertir 6 millones de euros de Fondos de Desarrollo en un campo de golf?. ¿A nadie le parece excesiva la inversión de 7 millones de euros en el Parque Hernández y el que estén viniendo cuadrillas peninsulares a acabar unas obras que van muy retrasadas?. ¿Nadie se pregunta qué cantidad se invierte en las empresas de servicios y cuánto empleo generan, o mejor dicho, cual es la relación entre millón invertido y empleo generado?.
Melilla sigue sin viales de comunicación, sin plazas de aparcamiento suficientes y Seguridad Ciudadana pone multas todos los días, pero ese malestar, que se incrementará con la llegada de las Navidades, no tiene reflejo en los disturbios de Cabrerizas.
¿Debe tener Melilla tres pabellones deportivos antes que una sola piscina pública y área recreativa de verano?.. ¿Para esto se pidió de modo abrumador la publicación de las listas de los Planes de Empleo?.
Cuando se piensa en los 2.500 millones de euros que ha manejado y dispuesto este gobierno en diez años y lo poco que queda consolidado como infraestructuras para Melilla, la sensación de decepción es inmensa. Melilla necesitaba una nueva estación marítima, pero no al precio de tres y esto es sólo un ejemplo.
Sólo molestan y están justificados los disturbios que se deriven exclusivamente de la publicación de los Planes de Empleo de La Delegación del Gobierno y si es contra el delegado, siempre que sea Gregorio Escobar, ‘Goyo’, muchísimo mejor.