La tropa y marinería españolas son las peor pagadas de todos los países de nuestro entorno. Su salario apenas si supera los mil euros (1.076 euros) en la península, una cantidad irrisoria si tenemos en cuenta el servicio que prestan a la sociedad actual.
Ellos están para todo lo que otros no hacen: desde catástrofes como el volcán de La Palma a los incendios por toda España, pasando por la pandemia con imágenes tan estremecedoras como verlos trasladar a los fallecidos o haciendo de rastreadores.
Son trabajadores que han tenido que pasar unas oposiciones para ocupar su puesto, que cobran salarios de risa y que, encima, son despedidos sí o sí a los 45 años, justo en el punto álgido de su profesión, con una gran experiencia acumulada por los años de servicio.
Esas son las circunstancias que rodean a nuestra tropa y marinería, esas que dejan en tan buen lugar a la marca España cuando salen al exterior en sus misiones de paz con la ONU o la OTAN. Los soldados españoles son recordados por su buen hacer y su empatía con las poblaciones a las que son destinados.
Teniendo en cuenta todo eso, ¿realmente merecen un salario como el que tienen? Si algo es importante en el mundo castrense es que las tropas tengan la moral alta. ¿Pueden sentirse motivados cuando a final de mes apenas si reciben mil euros a cambio de todos sus sacrificios?
El Ejército es de las instituciones mejor valoradas por los españoles y todos debemos hacer nuestra su reivindicación de una nómina acorde a sus responsabilidades y servicio prestado. Es de justicia reconocerles su derecho a un salario digno, que les dé el lugar que les corresponde.
Si algo nos ha enseñado la invasión de Ucracia por el ejército ruso es que el mundo se está reconfigurando, que vuelven a establecerse bloques y que es necesario estar preparados ante cualquier contingencia porque la inestabilidad empieza a ser el día a día. Nuestros militares están muy bien adiestrados, mucho. Son nuestra seguridad y ahí entramos a hablar de cosas mayores.
Que Gobierno pretenda aprobar el aumento de hasta el 2% del PIB en nuestro gasto militar de aquí a 2029, según el compromiso adquirido en la última Cumbre de la OTAN celebrada en Madrid, hace que sea el momento de plantear la oportunidad de que estos hombres y mujeres cobren un salario justo. Estar detrás de esa petición es algo que nos concierne a todos y debemos actuar en consonancia con la valía de nuestros militares.