Aberchán no dio ayer ninguna explicación del suceso acontecido en su vivienda de nueva construcción y se limitó a decir que pensaba acudir al Juzgado de Guardia para denunciar al presidente de la Ciudad y a varios medios de comunicación, entre ellos ‘El Faro’ de Melilla, por haber trasmitido que la Policía Local lo había denunciado después de que un trabajador ilegal sufriera un accidente en su nuevo inmueble. En su descargo, Aberchán alegó que había cotejado con el propio jefe de la Policía Local si el mismo cuerpo de seguridad le había presentado una denuncia y que éste le había negado que dicha denuncia existiera. Además, reconocía que la conversación con el superior de los agentes locales la tenía grabada en su móvil y que la aportaría como prueba al Juzgado de Guardia.
El líder de CpM evitó de tal forma entrar en el fondo del asunto, no ofreció ninguna explicación sobre el motivo por el que trabajadores ilegales se encontraban en su inmueble y se limitó a negar lo que, efectivamente, merece una corrección en el matiz pero no en los hechos relatados por este Diario a partir de la versión inicial que difundió el presidente de la Ciudad, Juan José Imbroda, recogió y colgó en su web la Cadena Ser y posteriormente trasmitió, en sus despachos para los medios de comunicación, la agencia Efe.
Y es que los hechos relatados por ‘El Faro’ en ningún caso difieren de la denuncia policial, tal cual pudo cotejar ayer este periódico a partir del informe de la Policía Local sobre el accidente de un trabajador ilegal en la casa de Aberchán. No obstante, sí es verdad que no se ha producido una denuncia personal y formal contra el líder de CpM por parte del mismo cuerpo de seguridad. La denuncia, en sentido estricto, se ciñe exclusivamente a los hechos acontecidos en la nueva vivienda del cepemista para, una vez trasladada a las autoridades judiciales, Inspección de Trabajo y Consejería de Fomento, sean estas instancias las que actúen como consideren conveniente.
En concreto, nuestro titular de ayer, objeto de crítica amplia por el dirigente cepemista, más allá del tenor y hechos a los que se refería, rezaba textualmente: “La Policía Local denuncia a Aberchán por el accidente de un trabajador ilegal en su casa”; cuando en realidad lo verdaderamente correcto hubiera sido: “La Policía Local denuncia el accidente de un trabajador ilegal en la casa de Aberchán”.
Aunque a primera vista ambos titulares puedan parecer lo mismo, realmente no lo son, porque varía el sujeto principal de la denuncia a la que hacemos referencia y que, efectivamente, no sólo se produjo, sino que podemos documentar con pruebas irrefutables.
Si ayer editamos el titular de la forma en que lo hicimos, no fue con ningún ánimo en contra del cepemista ni ninguna intencionalidad añadida a nuestra obligación principal de trasmitir información veraz. Sé que esto, en tiempos de espesa y tensa campaña electoral como los que vivimos, puede no convencer a quienes se encargan de desacreditarnos por sistema, con el ánimo de socavar nuestra credibilidad para contrarrestar nuestra línea editorial. No obstante, puedo asegurar que este Diario realizó el trabajo conforme a las exigencias del código ético del periodismo y que no sólo acudimos a voces autorizadas para confirmar sí efectivamente la denuncia se había dirigido contra Aberchán, sino que intentamos reiteradamente recabar la versión del líder de CpM, aunque sin éxito alguno como ya dábamos cuenta en nuestra edición de ayer.
Es más, tanto en nuestro editorial como en esta misma sección se hablaba de la dificultad para poder trasmitir completa la información que ofrecíamos, por la negativa de Aberchán, primero a atendernos, alegando que se encontraba reunido, y posteriormente a contestarnos el teléfono. Un extremo que sin embargo no impidió que, subrayáramos, también en primera página, que según fuentes de CpM el suceso debía enmarcarse en un intento de robo.
Expongo todos estos detalles frente a las amenazas de nuevas denuncias desde CpM porque, como ayer pudieron comprobar nuestros lectores, la prudencia no sólo nos guió a la hora de hacer la información objeto de este comentario, sino también a la hora de opinar sobre el mismo asunto.
De hecho, antes incluso de que Aberchán nos amenazara con denunciarnos, ya empezamos el mismo lunes por la tarde a movernos para intentar acceder al texto literal del informe de la Policía Local.
Sabemos que los voceros de los partidos opuestos al PP se empeñan en desacreditarnos echando por tierra nuestra credibilidad. Aún así, nuestro afán por intentar desentrañar la verdad entre acusaciones y declaraciones contradictorias es absoluto, al igual que nuestro empeño por trasmitir la información correcta, sin más intencionalidad ni animadversión hacia ninguna de las candidaturas en liza electoral.
Otra cosa es que nuestra línea editorial y nuestras opiniones se definan claramente y no sean igual de favorables para todos, o que nuestros criterios para dar mayor o menor cobertura a cada una de las candidaturas estén sujetos a discusión. Aún así, los medios privados, entre los que se incluye ‘El Faro de Melilla’, tienen derecho lícito a interpretar y opinar libremente sobre los asuntos de interés público, sin que ello interfiera en nuestra obligación de trasmitir informaciones veraces.
