El Plan Estratégico de la Ciudad aprobado para el período 2020-2029 incluye una propuesta de cambio de modelo económico que los empresarios llevan años reclamando en la ciudad.
Estos días, el Diario de Almería publicó un artículo en el que rememoraba los tiempos en los que se organizaban expediciones a Melilla en barco para comprar en la ciudad lo último en tecnología a precios impensables en la península.
Esos tiempos acabaron hace décadas y cuando eso ocurrió, Melilla supo adaptarse a tiempos distintos. Ahora, urge que el tejido empresarial de la ciudad se adapte a los nuevos tiempos: los tiempos de la globalización y las nuevas tecnologías. De ahí la importancia de echar a funcionar la combinación de dos factores determinantes en el futuro de la ciudad: las TIC y las ventajas fiscales.
Hay divergencias en cuanto a si hay que contar más o menos con Marruecos en el diseño del nuevo modelo económico de Melilla. Desde luego hay que hacerlo en tanto en cuanto seamos conscientes de que es el principal cliente de nuestro comercio y del sector servicio de la ciudad. A la vez hay que tener en cuenta que el país vecino, al cerrar la frontera o la aduana, demostró que no quiere seguir siendo nuestro socio prioritario.
Eso significa que no podemos poner todos los huevos en la cesta de la frontera. Hay que buscar alternativas porque el funcionamiento de la frontera, como se ha demostrado, no depende única y exclusivamente de Melilla.
Ya tenemos en la mano el estudio realizado por la Ciudad que explica qué sectores hay que potenciar. Hablamos de Turismo, Universidades; pero también la necesidad de dejar atrás lo de ser una zona franca y empezar a dar paso concretos hacia la Zona Económica Especial, manteniendo las ventajas fiscales que tenemos en la actualidad.
El reto, explican los empresarios, que al fin y al cabo son los que más se juegan en esto, es buscar un punto de encuentro entre el Plan Estratégico de la Ciudad y el Plan Integral del Gobierno, con los ojos puestos en lo que les une y no en lo que les separa y movilizando partidas ya.
Sabemos que este será un año difícil porque es año electoral, pero Melilla no puede darse el lujo de perder más tiempo. Es algo que no nos podemos permitir.
Depender económicamente de Marruecos es un suicidio teniendo en cuenta las "veleidades" contínuas de Marruecos respecto a la frontera. Pan para hoy y hambre para mañana. Lo más seguro para la españolidad de Melilla es mirar para arriba, no para abajo. La dependencia de Marruecos ha de ser mínima.