El presidente de la ONG explica que las familias que salen del programa de atención son sustituidas por otras
“No hay aluvión de peticiones como otros años”, asegura el presidente del Banco de Alimentos de Melilla, Juan Paredes. Afirma que las solicitudes de ayuda al Banco de Alimentos son ahora, más o menos, igual que las del pasado año. Se ha estabilizado la demanda de alimentos por parte de familias sin recursos económicos en Melilla. Sin embargo, no baja el número de beneficiarios del Banco de Alimentos, Paredes explica que hoy ciudadanos que se dan de baja porque consiguen un trabajo u otras ayudas, pero son sustituidos por otros que solicitaban esa ayuda hace meses y que estaban listas de espera por falta de recursos para todos.
El presidente del Banco de Alimentos resalta que ha solicitado este año más ayuda a la Comunidad Económica Europea con el fin de que llegaran más alimentos a Melilla porque en otras ocasiones, casi no se cubría la demanda. Su reclamación se ha escuchado y en unas semanas recibirá la primera fase de alimentos. Cuando finalice el año habrán llegado a la ciudad 400.000 kilos de alimentos, 110.000 más que en 2014, gracias a la solicitud de Paredes. Pero no ha bajado el número de beneficiarios en estos meses en comparación con el pasado año, siguen siendo 8.500 las personas que recibirán esta ayuda.
Asimismo, señala que la demanda de productos infantiles es más elevada proporcionalmente en Melilla que en otras regiones españolas. En la ciudad hay 700 niños, entre cero y doce años, beneficiarios del Banco de Alimentos. Paredes afirma que la leche de continuación, las papillas y los potitos para los bebés, junto con las galletas y la leche, son los productos que primero se acaban en el almacén. Siempre le toca pedir ayuda a supermercados para reponer y evitar que las familias con niños pequeños se queden sin estos alimentos básicos.
Falta un almacén más grande
Es muy positivo para la ciudad que entre la segunda semana de junio y la primera de julio llegue la primera fase del Banco de Alimentos con hasta 16 productos diferentes: Galletas, pasta, leche, legumbres, atún, aceite y arroz, entre otros. Sin embargo, esos productos no caben en el almacén de la entidad melillense.
Paredes lleva más de un mes buscando una nave industrial de más de 400 metros cuadrados para poder guardar las toneladas que llegarán en unos días. Asegura a El Faro que ha localizado un almacén en el SEPES, pero el problema es que la ONG no tiene dinero para costear su alquiler. Le piden un mes anticipado, dos de fianza y una comisión por hacer las gestiones. Sólo el alquiler de un mes asciende a 1.200 euros. Por ello, sigue trabajando en buscar un benefactor que se pueda hacer cargo de financiar esta nave. En caso contrario, no podrán repartir todos los alimentos a la vez y necesitarán más voluntarios para acelerar su entrega.
Un informe de un trabajador social, requisito de las ayudas
Este año el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente solicita a todos los bancos de alimentos que aporten un informe de cada una de las familias que son beneficiarias de la ayuda de esta entidad. En concreto, deberán adjuntar un estudio realizado por un trabajador social. El presidente del Banco de Alimentos de Melilla, Juan Paredes, asegura que es un requisito indispensable para que las ONG’s que colaboran en el reparto puedan recibir los alimentos. No obstante, esos informes se podrán entregar a lo largo de las próximas semanas y el reparto de los alimentos que llegarán a finales de junio se realizará sin problemas.
Paredes señala que el Fondo Español de Garantía Agraria (FEGA), la entidad que gestiona dentro del Ministerio las ayudas europeas en materia de alimentación para personas desfavorecidas, ha impuesto que sea un trabajador social el que realice este informe. Explica que es la mejor forma de garantizar que el estudio sobre la familia que se beneficia del Banco de Alimentos realmente necesita la ayuda. No obstante, también reconoce que algunas ONG’s colaboradoras van a tener dificultades para realizar esos informes, pues no todas cuentan con trabajadores sociales entre sus voluntarios y deberán esperar a que Servicios Sociales ponga uno a su disposición.