La noticia dio la vuelta al mundo en pocas horas. El pasado martes, la Guardia Civil detuvo en la frontera de Beni Enzar a dos mujeres que pretendían entrar a Melilla con un bebé de poco más de un mes en el interior de un bolso.
El crío presentaba síntomas de asfixia y vomitó sobre el uniforme del agente de la Benemérita que lo rescató. Ambas a arrestadas fueron puestas a disposición del juez, que decretó el ingreso en prisión de la que portaba la bolsa con la pequeña.
Por más que se le dé vueltas al asunto, no parece normal que una persona someta a un individuo de tan corta edad y tan frágil a una situación de este tipo. Afortunadamente, el bebé se encuentra en buenas condiciones y está bajo los cuidados de los Servicios Sociales de la Ciudad Autónoma, concretamente en la Casa Cuna.
Por el momento, por tanto, la investigación prosigue su curso. Habrá que saber qué razones han llevado a esta mujer, que dijo ser la madre del crío, a meterlo en un bolso para cruzar con él el principal paso fronterizo que une nuestra ciudad con el país vecino.
El consejero de Bienestar Social, Daniel Ventura, aseguró a El Faro que nadie había reclamado a la pequeña, que hasta ayer seguía bajo los cuidados de los trabajadores de la Ciudad Autónoma. Del mismo modo, afeó la conducta de la detenida.
Cabe incidir en el hecho de que la pequeña presentaba síntomas de asfixia. Es decir, que si los agentes de la Guardia Civil hubieran tenido que parar la cola antes de que cruzaran estas personas y el bebé hubiera permanecido más tiempo del que estuvo en el interior de la bolsa, podría haber fallecido.
Cabe preguntarse, por tanto, si esta mujer estaba viviendo una situación tan desesperada que la empujó a meter a la cría en una bolsa o si fue la inconsciencia la que actuó. En cualquier caso, se trata de un hecho que no es normal.