El sumario habla de “animadversión” por parte de ambas hacia un funcionario de la Ciudad.
El sumario de la ‘operación Montecristo’ al que ha tenido acceso este periódico explica, entre otras cuestiones, qué es lo que lleva a algunos de los imputados en el caso a entrar en el juego de Salander. En el caso de Teresa V. y Francisco C. indica que obtienen beneficios y satisfacciones de índole personal. Pero cuando se refiere a Nieves Vida e I. Sanmartín va más allá y apunta que consiguen protagonismo y peso político y social, pero sobre todo es una forma “complaciente” de enfocar sus odios personales contra L.C.L., militante de PPL y jefe de la Oficina Técnica de Protección del Ambiente Urbano de la Ciudad. En la investigación insisten en este punto en que se trata de una cuestión de índole personal. De hecho, el documento judicial precisa que más allá de la imputación de L.C.L. por la ‘operación Ópera’, existe hacia él un “odio encarnizado” por parte de Nieves Vida e I. Sanmartin. El sumario indica que el perfil de Lisbeth Salander en sus publicaciones atacaba con “especial crudeza y animadversión” a este militante de PPL, partido en al que pertenecía la propia Nieves Vida. Además, los investigadores recuerdan que estos ataques no sólo se ven en las redes sociales, sino también en el material privado analizado a los imputados, como por ejemplo conversaciones de móvil o Facebook, en las que se puede deducir que existe un “resentimiento innegable” hacía L.C.L. por parte de I. Sanmartín y Nieves Vida. El sumario indica, asimismo, que ambas también tenían cierta aversión hacia una periodista de un medio de comunicación local.
Disputas internas entre los que manejan a Lisbeth
En las conversaciones recogidas en el sumario de la ‘operación Montecristo’, al que ha tenido acceso El Faro, se puede observar cómo en algunas ocasiones se produjeron rifirrafes entre las personas vinculadas al perfil de Lisbeth Salander. Nieves Vida y Salander tuvieron algunos encontronazos, o al menos ésa es la sensación que se transmite en las charlas. En una de ellas, Nieves pide a Salander que no publique “lo del auditor” porque está poniendo en riesgo a su informador. Sin embargo, Salander le replica que ya se lo había enseñado para terminar diciendo “bueno, tú dile que yo estoy en todas partes y me entero de todo”. A Nieves parece no gustarle la decisión de Salander. Unos minutos más tarde, Vida le dice a otra de las implicadas I.Sanmartin “Al final la Salander ha publicado lo del auditor y lo de Nacho. Me parece muy mal y me ha dejado fatal con él por lo que dudo que me vuelva a contar nada. En fin, a partir de ahora tendré cuidado con lo que cuento”. En la investigación, hacen referencia a la “hipocresía” de Vida en estas conversaciones. Finalmente, es I.Sanmartin la que se ofrece a reprender a Salander por haber hecho esta publicación. “¿Se lo digo a ella?, le pregunta a Nieves, a lo que ésta le responde afirmativamente.
Salander se sentía a salvo si sólo publicaba en Facebook y Twitter
El perfil que actuaba bajo el seudónimo de Lisbeth Salander tenía claro qué debía hacer para evitar ser descubierto. En una conversación entre Salander y Nieves Vida recogida en el sumario de la ‘operación Montecristo’ al que ha tenido acceso El Faro, Nieves le asegura a Salander “aquí no hay medios para investigar tu seudónimo”, a lo que ella responde “lo sé, fuera tampoco”. Salander se muestra confiada de que mientras que sólo publique en Facebook y Twitter será imposible que puedan averiguar su verdadera identidad. El seudónimo explica que no puede moverse por páginas o foros no seguros. “Mientras me mantenga dentro de la legislación de EEUU soy libre y ciudadana americana”, indica en la misma charla. En la investigación explican que la política de estas plataformas sociales, acogidas a la legislación estadounidense hacen que la dificultad para desvelar la identidad de la persona que escribe desde ellas sea extrema. El sumario considera que el diálogo entre ambas demuestra que Nieves sabía de la investigación que se estaba realizando en nuestra ciudad. No se trata de la única conversación en la que se hace referencia a temas de seguridad y de protección para evitar que el perfil fuera descubierto. De hecho, tal y como publicó ayer El Faro, durante algunos meses se dejó de publicar desde el perfil de Salander y se abrieron otras cuentas, precisamente para evitar que alguien pudiera localizar a la persona o personas que estaban detrás de las informaciones desveladas a través de las redes sociales.
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