La Feria continua, y aunque mañana empiece el colegio, muchas familias llenan la Caseta Aragón. Algunos niños, incluso, viven su primera Feria en esta caseta. El Faro ha salido a la calle para comprobar qué tiene esta caseta para ser tan familiar.
Javier Felices, el gerente de la caseta Aragón, explicó a este diario que toda la familia al completo echa una mano. Esta familiaridad se transmite, y se nota. "Aquí trabaja mi mujer, mis hijos, mis padres y mis suegros", comentó el gerente.
"Es momento de reunirse familia, amigos, compañeros y disfrutar de la Feria", mencionó el gerente de la caseta Aragón. Su familia está muy contenta con el recibimiento de los melillenses, que han llenado su caseta desde el inicio de la Feria. Esta noche se notaba que el colegio comenzaba el martes, y las cenas se han adelantado un poco.
En esta caseta se puede comer desde pescaito y marisco como almejas, mejillones, langostinos, carnes como magro con tomate, lomo a la orza, ternera, callos, caracoles y hasta paellas. "Mi suegra lo hace muy bueno", presumió Felices.
Los niños eran los protagonistas de la noche. La mayoría lucían sus mejores trajes de flamenca, y probablemente, era su primera vez en la Feria. Era el caso de la familia de Daniel. Él ha elegido esta caseta por cosas del destino. Su suegro es de Aragón y además tiene un amigo que se apellida de esta manera, así que el nombre le ha tirado y ha decidido entrar.
La más pequeña de esta casa, en la última feria que se celebró tan solo tenía un par de meses, así que poco se acuerda de ella. Este año disfrutará por tres. La pequeña no paraba quieta un minuto, descubriendo todo lo que conllevan estas fiestas patronales.
Ella no era la única niña de la caseta. La hija de José Luis tenía poco más de un año y se notaba que tenía ganas de feria. Muy conjuntada iba esta noche, con un vestido naranja a juego con una flor, como no podía ser de otra manera. "Estamos comiendo algo rápido para la niña", comentó este melillense.
La decoración de esta caseta es elegante. Los colores cálidos invaden el espacio y el sonido de las sevillanas acompañan a los melillenses que disfrutan de una noche de Feria. Un tanto diferente esta, porque mañana comienza el colegio, pero esto no ha mermado las ganas de los melillenses por disfrutar de una Feria que ha tenido que parar durante dos años y que se coge con muchas más ganas.