Las excusas que daba la ministra de Defensa, Margarita Robles, al principio de su mandato, diciendo que el aumento de retribuciones militares debería haberse realizado cuando se aprobó la equiparación salarias de Guardia Civil y Policía Nacional se han convertido en silencio.
ATME ha participado cada año de su mandato en una manifestación en defensa de las reivindicaciones militares y desde 2021 está ausente de los plenos del COPERFAS, al entender que solo sirve para dar una falsa impresión de que Defensa dialoga con las asociaciones profesionales.
La inmensa mayoría de los militares se hacen la pregunta si el actual Gobierno, hoy en funciones, se preocupa de sus problemas.
Al comienzo de la legislatura, cuando ATME y otras asociaciones reivindicaban una subida retributiva para actualizar los salarios militares, Margarita Robles respondió que el momento debería haber sido cuando se aprobó la equiparación de la Guardia Civil y Policía Nacional con las policías autonómicas.
Ese sonsonete fue repetido hasta que las necesidades internacionales hicieron que España tuviera que ir incrementando sustancialmente el gasto militar; no es raro ver cada día resúmenes del consejo de ministros o noticias en periódicos y medios especializados donde se habla de miles de millones en gastos de armamento y material 1.
Se pudiera pensar que existe la consigna de no subir las retribuciones de los servidores públicos de la administración; pero esto choca con noticias donde se informa que, por ejemplo, el ministerio de Justicia ha admitido que solo la situación política actual ha impedido los incrementos salariales acordados a jueces y magistrados 2.
El único movimiento del ministerio de la ministra Robles fue, ante la solicitud unánime de las asociaciones profesionales presentes en el Consejo de Personal de las Fuerzas Armadas (COPERFAS), la creación de una Comisión de Trabajo sobre Retribuciones en el año 2021 que, después de más de un año de trabajo, quedó en nada.
Con todas estos mimbres no es extraño que Margarita Robles haya sido la única ministra de Defensa que ha sufrido cada año, desde el comienzo de su cargo, una manifestación de militares y sea la única que tiene desde 2021 a una asociación de tropa y marinería, como ATME, ausente de los plenos del COPERFAS, al considerar que actualmente estos solo sirven para dar una falta impresión de que el ministerio dialoga con las asociaciones profesionales.
Con todo esto no es difícil responder a la primera cuestión, ni el Gobierno ni los partidos que lo apoyan han mostrado la mínima preocupación sobre las reivindicaciones de los militares, especialmente de aquéllos que pertenecen a la escala de tropa y marinería; pero lo peor es que ATME tiene la impresión, ante las noticias que le llegan y la ausencia de respuesta a sus solicitudes de reunión, que tampoco va a existir una solución a corto plazo si la mayoría de los militares no dan un paso adelante para luchar por mejoras en su carrera militar.