El Melilla Ciudad del Deporte no logró superar al Clavijo en la jornada 25 y cayó en un partido en el que, según su técnico Mikel Garitaonandia, el equipo no estuvo a la altura de las exigencias competitivas del choque. A pesar de haber competido durante tres cuartos, los melillenses fueron superados por el conjunto riojano en un último periodo que terminó marcando la diferencia en el marcador y dejó un sabor amargo en el seno del equipo.
Un análisis autocrítico y contundente
Garitaonandia no escondió su decepción al término del encuentro y ofreció un análisis directo y autocrítico del rendimiento de su equipo. “Hemos hecho todo mal”, sentenció. “No hemos salido con la tensión que el partido requería. Al principio encontramos soluciones, pero no fuimos lo suficientemente consistentes para aprovecharlas. Permitimos que Clavijo se sintiera cómodo en la pista”. El técnico subrayó que la falta de intensidad y concentración durante varios tramos del encuentro permitió al equipo local imponer su ritmo.
“Dejamos que el partido se desarrollara como a ellos les convenía, con situaciones de ventaja que no supimos cortar. En la segunda mitad mostramos algo más de energía y chispa, pero no fuimos contundentes”.
Un último cuarto para el olvido
La crítica más dura vino al hablar del tramo final. “El cuarto periodo ha sido horrible. Nos ha faltado paciencia, saber estar, nos hemos precipitado en todo. Recibimos casi 40 puntos en ese cuarto, algo inaceptable”, lamentó. El equipo melillense no solo fue superado en defensa, sino que mostró una preocupante falta de madurez en los momentos decisivos. “Tuvimos altibajos constantes. Cuando logramos tomar ventaja, no fuimos sólidos. El partido llegó igualado al último cuarto, pero ahí lo hicimos todo mal”.
El entrenador reconoció que esta derrota es “tan merecida como dolorosa”, no solo por el marcador, sino por la forma en que se produjo, dejando escapar una oportunidad valiosa para reforzar sensaciones de cara al inminente playoff.
Última jornada: duelo clave ante La Salud Archena
A pesar del golpe anímico, el Melilla Ciudad del Deporte aún tiene margen de maniobra. El equipo se enfrentará en la última jornada de la temporada regular a La Salud Archena, en un duelo que será clave para escalar posiciones en la tabla antes del playoff de ascenso. Garitaonandia no dudó en señalar la trascendencia de este encuentro.
“Desde luego, es muy importante. Estamos cuatro equipos empatados con las mismas victorias, con Cultural Leonesa con una más, y Peñas Huesca y Juaristi con una menos. Estamos obligados a ganar en esa última jornada ante un rival directo, pero, sobre todo, estamos obligados a hacer buen baloncesto”, afirmó. El técnico insistió en que no basta con competir bien en casa o en ciertos tramos.
“Debemos ser mucho más sólidos y exigentes con nosotros mismos. Es cierto que en casa estamos rindiendo a buen nivel, pero esto va de ser más consistentes, y el mensaje debe ir en esa línea”, reflexionó. Garitaonandia también apuntó que el equipo lleva tiempo hablando de mejorar, pero que es el momento de traducir ese discurso en hechos. “El playoff se acerca y tenemos que dar un paso adelante. Llevamos muchas semanas hablando de lo mismo y no termina de llegar. El momento es ahora”.
Con la clasificación para los playoff asegurada, el Melilla Ciudad del Deporte afronta una última jornada en la que no solo estarán en juego los puntos, sino también las sensaciones con las que se entrará en la fase definitiva del curso. La derrota en Logroño ha dejado una lección clara para el vestuario: solo desde la concentración, la intensidad y la autocrítica se podrá competir al más alto nivel en la lucha por el ascenso.