Todos los meses, Melilla espera los datos del paro con la esperanza de que serán mejores que los 30 días anteriores. En ocasiones se cumple, pero muchas veces no. En septiembre, hay 166 parados más que en el mes anterior, lo que supone un ascenso de 1,17%, y se traduce en que hay 9.875 desempleados en la ciudad.
Desde la dirección del SEPE en Melilla, señalan que esto se debe, en parte, a que los jóvenes que han culminado sus estudios se inscriben por primera vez en el paro. Además argumentan que debido a los planes de empleo, que próximamente se pondrán en marcha, ha provocado que aumenten las incorporaciones de demandantes de empleo.
Independientemente de estos argumentos, la cifra global de más de 9.000 desempleados en la ciudad debe ser un llamado de atención a las autoridades y empresarios. Por ello, es necesario crear fuentes de empleo permanentes, fomentar el impulsar el trabajo y la economía. Eso es lo que se merece Melilla.
Está claro que no es una tarea sencilla ni fácil, hay que pasar por un proceso de reinvención, de creación pero, sobre todo, de innovación, de abrirse a las oportunidades y los horizontes.
La ciudad tiene un sinfín de ventajas competitivas; su ubicación, conectividad, el puerto, su belleza para atraer el turismo, su gente, sus ganas de crecer y de retumbar en el mundo.
La capacitación y formación del personal también es tarea prioritaria, pero hay que seguir un plan o una guía que una todas las variables para hacer de esta, la Melilla que se quiere, la de los jóvenes y del desarrollo.