Ayer, el presidente Imbroda dio por seguro que en las Generales del próximo 20 de noviembre no va a volver a suceder lo que ocurrió en las de 2008, cuando más de 5.000 electores ejercieron en nuestra ciudad su derecho al sufragio a través de la fórmula del voto por correo, en un inusitado y masivo comportamiento que, a la postre, se desveló como el fruto de una arriesgada trama al servicio de lo que sólo puede considerarse un pretendido fraude electoral. El asunto sigue sub iudice, con los principales dirigentes de PSOE y CpM imputados en presuntos delitos electorales y otros de falsedad, de modo que no es posible anticipar más datos que los ya conocidos. No obstante, ha pasado inadvertido que la Audiencia Provincial, lejos de enmendar la instrucción que el juez del nº4 está llevando a cabo respecto del mismo asunto, lo que ha hecho ha sido respaldarla y permitir que siga adelante .
La maraña es tan espesa como la trama denunciada por Nordin Abdelah e Ikram Aanan y que el juez instructor calificó de “entramado” al servicio de los intereses electorales de los entonces socios CpM y PSOE, con el uso indebido de los Planes Públicos de Empleo de la Delegación del Gobierno al servicio de los mismos objetivos partidistas y electorales.
Como los actores de aquella trama investigada por la Guardia Civil hoy en día han roto todo tipo de relaciones, resulta de Perogrullo concluir que las próximas elecciones se avecinan con un escenario muy distinto al de hace menos de cuatro años.
En aquellos comicios el PSOE logró que su candidato se quedará a poco menos de 300 votos del candidato electo finalmente por el PP, Antonio Gutiérrez.
CpM, con Mustafa Aberchán como candidato al Senado por la misma lista conjunta de cepemistas y socialistas, no salió bien parado; obtuvo incluso menos votos que la otra candidata socialista, María Cruz Escribano, a pesar de su denodado esfuerzo en beneficio de su alianza con el PSOE.
Todo apunta a que para las próximas elecciones, CpM ni va a presentarse ni va a apoyar al Partido Socialista. El mismo modo en que el secretario general de los socialistas melillenses, Dionisio Muñoz, anunció la ruptura del pacto con los cepemistas, así como la reacción de Aberchán, que públicamente se declaró ajeno y desconocedor de la drástica decisión, dan cuenta de que ambos partidos acabaron muy mal su aventura en común y que la discordia entre ambos es el único legado tras su sonoro divorcio.
Los socialistas han terminado echando la culpa a CpM de su estruendoso fracaso el pasado 22 de Mayo y aún no han hecho la autocrítica pertinente tras la errática y equivocada estrategia que les llevó a querer imponerse incluso ante un socio, como el cepemista, mucho más fuerte y de mayor calado electoral en esta ciudad.
Por su parte, CpM tampoco han terminado de digerir el fracaso de sus exsocios ni el insuficiente éxito del partido de Velázquez, que aún logrando dos escaños de nuestra Asamblea en su primera comparecencia electoral, acabó muy lejos de las pretendidas expectativas de servir al derrocamiento de la presidencia de Imbroda.
Frente a las Generales del 20-N no cabe duda que el escenario es otro: el 'bloque' terminó dinamitado y dinamitándose, y CpM nivelando que otros cuatro años de Gobierno local del PP, con un Gobierno nacional también popular apoyando al Ejecutivo melillense, pueden derivar en una travesía por el desierto demasiado insufrible de persistir en su línea política de confrontación frontal y furibunda con el Partido Popular. De ahí que sus exsocios no admitan su actual letargo y le acusen de andar “desaparecida” o “mimetizada” con los populares.
La realidad, a mi juicio es otra y tiene más que ver con una escasa capacidad de reacción que con una aproximación real entre populares y cepemistas.
Lo cierto es que nada indica que CpM vaya a trabajar en estas elecciones a favor del PSOE, de modo que volverá a medirse, sin interferencias, cuál es el calado real de los socialistas, sin nuevos espejismos inducidos como el de las pasadas Generales, ni nuevas tramas de por medio a costa del voto por correo y los Planes de Empleo.
La decisión del PPL de mantenerse al margen, según su presidente, para no “interferir” en un proceso que, asegura Velázquez, debe librarse entre los principales partidos nacionales, no tiene a mi juicio nada de generosa como pretendidamente quiere hacernos creer. Más bien obedece a una constatación realista del mucho riesgo que conlleva dilapidar el relativo éxito del 22-M, en aras a terciar en una convocatoria de la que sólo pueden salir perjudicados .
Al margen de UPyD y Equo, la próxima campaña electoral va a librarse, por tanto, como en el resto de España, entre un PSOE muy maltrecho y un PP fortalecido. No es de extrañar que no haya maniobras como las del 2008. Por muchas 'tramas' que quisieran montarse, los resultados están tan cantados que no hay margen para sorpresas. Sencillamente, la alternancia o el cambio si lo prefieren se impone porque tampoco hay otra alternativa posible.