¿Se imaginan tener que dormir cada noche con las ventanas cerradas porque no pueden soportar el ruido de voces, chillidos y música que hay en la calle? Pues esto es lo que vecinos de Melilla La Vieja tienen que soportar durante todo el verano. Jóvenes y niños que juegan, gritan y ponen música hasta altas horas de la madrugada.
Con el verano llegan la crema bronceadora y los maguitos, pero también se está convirtiendo en una tradición que las calles de El Pueblo pasen a ser una discoteca, un botellódromo y luego un basurero.
Los grupos de personas que usan las calles de Melilla La Vieja como si fueran una terraza de un bar hasta altas horas de la noche no solo provocan ruidos, sino también generan basuras por esta zona.
Melilla La Vieja pasa de ser un lugar precioso y con unas vistas increíbles a ser la sede de la basura que no recogen estas personas. Todo acaba en el suelo, desde cervezas a cajas de pizza.
La única fortuna es que los servicios de limpieza se afanan desde primera hora de la mañana en limpiarlo todo.
Pero los vecinos dicen que en lugar de tener que ir corriendo a limpiar esa porquería, lo que hay que hacer es reforzar la vigilancia en la zona por la noche.
as quejas de los vecinos de El Pueblo nos llegan a diario.
Si no se aumenta la vigilancia en la zona no podrán descansar en todo el verano.
Un vecino explica que hay personas que van a beber y a cenar e incluso, algunos de los propios vecinos, utilizan esta zona de la ciudad como si fuera un polígono o un descampado, poniendo la música muy alta y dejando desperdicios por todos lados. Y eso que los cubos de basura están al lado se ve en la imagen.
Afirma este vecino que no se puede confiar en la responsabilidad de la gente.
Melilla La Vieja es una de las zonas más emblemática de la ciudad y debería ser un espacio mimado por los ciudadanos porque es lo primero que se muestra a los turistas y es un espacio que eligen muchos melillenses para pasear. Pero no está cuidado.
Los vecinos saben que es complicado, pero piden que haya una patrulla fija por la zona. Cuando llaman porque hay ruidos, siempre les dicen que no pueden ir porque hay pocos efectivos.
Y si van los agentes, los jóvenes bajan la música, se hacen los buenos chicos, y es como si no pasara nada. En cuanto se marchan, vuelve la discoteca a Melilla La Vieja. En la calle San Miguel junto a calle Ledesma es donde más ruido hay.
Además, este verano ha empezado antes que otros porque los niños no han tenido que ir al colegio durante muchas semanas.
Y los vecinos insisten en que los menores extranjeros no son los que molestan porque solo van allí a dormir. Son los propios melillenses los que llevan el ruido y la basura a este espacio monumental.
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