Melilla pone el foco en la atención los casos de violencia machista desde ámbito sanitario con las Jornadas de ‘Actuación ante la violencia de género en el Área Sanitaria de Melilla’.
En esta primera jornada inaugural han contado con la ponencia Miguel Lorente, médico forense y profesor titular de Medicina Legal de la Universidad de Granada.
La Unidad de Coordinación contra la Violencia de Sobre la Mujer de Melilla ha organizado estas jornadas en colaboración con el Instituto de Gestión Sanitaria (Ingesa) y la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad de Granada en Melilla.
"La idea sobre todo es sensibilizar a los profesionales y a las profesionales del ámbito sanitario y dar algunas pautas de actuación en cuanto a la detección porque sabemos que es fundamental", aseveró Laura Segura, jefa de la Unidad de Coordinación Contra la Violencia Sobre la Mujer. Dijo que en que el personal de los centros de salud son "un elemento clave" en la detección y para llegar a muchas mujeres de los casos de violencia de género que se están notificando.
Segura recordó que "las denuncias son la punta del iceberg" y por eso ha insistido en que hay que llegar antes a esos lugares por los que pasan todas las mujeres que son víctimas de la violencia machista, los servicios de atención sanitaria.
"Creo que es muy importante que destaquemos el papel del espacio del ámbito de la salud", expresó Miguel Lorente. E indicó que "cuando una mujer sufre violencia, lo que sufre es un problema de salud".
Lorente señaló que, aunque la causa de ese problema de salud "tiene unas consecuencias de carácter jurídico, judicial y forense", las cuales son abordadas y por las que hay que actuar en consecuencia, la víctima sufre "un problema de salud que es desconocido por la inmensa mayoría de los profesionales que forman parte del ámbito sanitario".
Lo que ocurre es que "generalmente la violencia se asocia a la agresión y la agresión a la lesión" cuando lo que se recoge en diversos estudios y lo que expone la Organización Mundial de la Salud (OMS) "es que las mujeres sufren un deterioro de su salud física y psicológica progresivo consecuencia de un estrés crónico fundamentalmente pero también de las situaciones de tensión, ansiedad y depresión que se genera alrededor de esa violencia".
El ponente mencionó también un último estudio que se publicó en la revista de la Asociación Americana de Enfermedades Cardíacas que recogía que las mujeres que sufren violencia tienen un 40% el riesgo más alto que aquellas mujeres que no sufren violencia.
"La violencia mata, no solo con los asesinatos, sino con ese deterioro que produce en la salud y por lo tanto el ámbito de la salud es fundamental para llevar a cabo ese tratamiento que no va a resolverse nunca con una sentencia judicial, el problema de salud lo resolverá un tratamiento adecuado", explicó Miguel Lorente, quien también hizo hincapié en el papel de los servicios sanitarios en la detección de los casos de violencia de género.