El año 2019 estuvo marcado por un despertar de la conciencia medio ambiental a nivel mundial y Melilla no fue ajeno a ello. Varios grupos de ciudadanos, como 2020 Rebelión por el Clima, se unieron a organizaciones como Guelaya Ecologistas en Acción en la lucha por el cuidado del medio ambiente en nuestra ciudad.
Para saber cómo han incidido todos esos movimientos en Melilla y cómo se afronta el futuro ambiental, El Faro invió a Latifa Assbaa, miembro de 2020 Rebelión por el Clima; a Manolo Tapia, de Guelaya Ecologistas en Acción; y a Ana Garzón, de ‘Teachers for Future’ o ‘Profesores por el Futuro’.
Assbaa contó que ella es la más reciente en sumarse a esta lucha. Asegura que ha vivido de forma “muy positiva esta experiencia”. Assbaa contó que el origen de su inquietud por el medio ambiente viene de una obsesión suya “muy peculiar” que era la de mantener el aire de su casa limpio. “Necesitaba reconciliarme con la naturaleza”, aseguró Assbaa, que finalmente y a través de la información de las redes sociales, se apuntó a una recogida de basura en la playa y ahí comenzó todo.
Guelaya, tiene presencia en Melilla desde los años 80, ha sido testigo de la implicación de la población local con el medio ambiente. Tapia resaltó la respuesta de los jóvenes y cree que es “lógico, porque son los que van a heredar el futuro”. Tapia aseguró que las nuevas generaciones se han dado cuenta de que “la inacción se ha apoderado de los políticos” y que la generación, la suya, que está en el poder se toma con calma y sin urgencia los desafíos medio ambientales, porque según contó Tapia, ellos no lo van a vivir. “La emergencia del clima hacía necesario ese movimiento, que finalmente se ha producido”, contó Tapia, que demás aseguró, que para ellos Greta Thunberg es “una líder carismática, tiene las ideas muy claras y ha trasladado el mensaje científico, que existía desde hace años, a las calles”.
Por su lado, Ana Garzón, profesora de instituto, explicó que el movimiento nació inspirado en las protestas de la activista sueca Greta Thunberg ‘Fridays for Future’ hasta llegar a Melilla. La docente aseguró que “hay bastante desconocimiento por parte de los jóvenes de nuestra ciudad con respecto a los temas medio ambientales en Melilla”. Garzón no cree que sea culpa de ellos, sino los adultos que no los educan e implican en un conocimiento de la naturaleza y piensa que el sistema educativo carece de esas acciones.
Aún así, los tres declaran que “hay una tendencia muy positiva”, en el sentido de que cada vez, hay más personas que se suman a estos movimientos. Garzón contó que cada vez hay más profesores del sistema educativo que se implican y que hay personas que están cambiando sus hábitos de vida, sobre todo los jóvenes y que como docentes “tenemos que dar ejemplo”.
Assbaa cree que las plataformas sirven de “inspiración” para aquellas personas que quieren cambiar sus hábitos de vida negativos para el cambio, por lo que estos nuevos movimientos ciudadanos son una guía hacia unas costumbres más positivas. Para ella, son los jóvenes los que tienen un mayor compromiso ecológico. Aún así, Garzón llama la atención sobre el desconocimiento sobre cómo se gestionan los residuos en la ciudad, que se quemaban o de dónde proviene la electricidad, por la que “se tienen que quemar combustibles fósiles”. “Ese desconocimiento lleva a la inacción y a no implicarse. Cuando ellos conocen esa realidad, es cuando quieren cambiar las cosas”.
En esta línea, Tapia explicó que desde que comenzaron estos movimientos, en las actividades de Guelaya, que solían ser minoritarias, la participación ha aumentado aún dándole la misma difusión que antes. “En la última protesta en Endesa apareció muchísima gente joven”, relató Tapia. Este contó que “por fin se está produciendo una vertebración de la sociedad en asociaciones y que no se deje todo en manos de los políticos”. Tapia contó que desde su asociación se han enfrentado varias veces a la situación de denunciar un tema medio ambiental y que la clase política le respondiese “dentro de cuatro años votas a otros”. Tapia opinó que “la política se hace día a día y son los ciudadanos la que la hacen”. Sobre esta implicación Garzón contó que ella se llevó durante muchos años sus plásticos a la península en el coche para reciclarlos allí.
Assbaa, que matiza que lleva menos tiempo en este movimiento, explicó que, cuando uno se hace la pregunta de cómo empezar a cambiar los hábitos, personas como Garzón o Tapia son el ejemplo a seguir. “Yo creo que es el sentido común. Aprendí de mi familia, que venimos de un pueblo pequeñito en el campo, el respeto a la naturaleza. Me enseñaron esa forma de vida más austera, el ahorro, el no derrochar y una alimentación más sana. Por eso hay una importante labor en la educación, no solo de los jóvenes, sino también en los padres”, contó Garzón.
Tapia también cree que “podemos influir sin querer”. Este contó que sus compañeros y él empezaron recogiendo las colillas que tiraban sus compañeros al suelo en vez de “darles el discursito”, por lo que dejaron de hacerlo. Esta sería una forma de educar en positivo, dando ejemplo de cómo actuar.
“Tiene que existir un sentido de comunidad para cuidar la ciudad”
“En los centros educativos están haciendo una labor muy positiva”, contó Assbaa sobre los cambios que está habiendo en la educación ambiental. Esta aseguró que su hija le demuestra cómo se lo toma en serio, con gestos como pedirle que le envuelva el bocadillo en papel y no en aluminio, pedirle que compre garrafas de agua grandes para ahorrar en plástico .
Tapia cree que “el melillense mira mucho lo que le afecta a él mismo. El tema de Endesa, por ejemplo, piensan que solo les afecta por los humos, pero es mucho más, como los metales pesados que llevan”. “Cuando hacemos una limpieza de playa, queremos mostrar a la gente que realmente no estamos haciendo nada porque a la semana siguiente está llena de plásticos otra vez; sino que es algo reivindicativo lo que hacemos”. Por lo tanto, Tapia declaró que con este tipo de acciones, lo que quieren es denunciar “la permisibilidad de las administraciones”, pues según explicó Tapia, se sigue tirando plásticos y residuos al cauce de río o el diques. “Los melillenses nos agradecen que limpiemos sus playas, pero poco a poco”, relata Tapia. Assbaa coincide en ello, en que ya no es cuestión de limpiar, sino de dejar de ensuciar.
“Tiene que existir un sentido de comunidad en la ciudad y que la propia comunidad se dé cuenta de que vivir en un entorno limpio y saludable es agradable y mucho mejor”, opinó Garzón, quien piensa además que “se tiene que sentir amor por tu ciudad y quieras cuidarla y creo que eso a veces se olvida”. “Esa es mi percepción, que la gente no ama y cuida lo suficiente Melilla”, contó Garzón, pues, “mucha gente sigue ensuciando la ciudad porque no se tiene ese sentimiento”.
Tapia añadió que la periferia está bastante descuidada, a lo que tanto Assbaa como Garzón se sumaron. Tapia contó que se siguen tirando escombros de obra en dicha periferia porque “sigue siendo caro” tratarlos.
Garzón declaró que falta conocer más Melilla, que la gente se piensa que es el centro nada más, por lo que “hay que caminar” por ella y descubrirla y según Garzón, se descubrirá efectivamente que la periferia es una escombrera.
“Hay que conocer Melilla para cuidarla, para valorarla y ver lo bonita que es esta ciudad”, expresó Garzón. En este sentido, Tapia manifestó que el arraigo es fundamental, pues este contó que al ser “una ciudad de funcionarios y de paso”, cuesta más crear ese arraigo. “Si este movimiento se extiende, veremos que no es solo la ciudad, sino el planeta también”, relató Tapia, quien contó que el que vengan personas de otros lugares con una conciencia medio ambiental, también intenta aplicar eso a Melilla pues algunos “se enamoran de la ciudad”.
Respecto a cómo afrentan el 2020, Assbaa indicó que las últimas noticias medioambientales no son las mejores, como los incendios en Australia o el temporal el Murcia. Aún así, desde Rebelión seguirán con la agenda internacional y trasladar esas actividades al ámbito local.
“Nosotros somos unos optimistas compulsivos, si no, no estaríamos aquí”, contó Tapia. Este reconoce que hay gente de su edad, que al ver lo que opinan sobre Greta Thunberg, el panorama es más bien pesimista. Aún así, le anima ver cómo los jóvenes se movilizan en contra de empresas que contaminan.
Garzón también cree que hay esperanza y que cada vez son más los profesores que ven el ejemplo en otros compañeros y ven que se puede llevar a cabo ese cambio, “que es posible”.
Assbaa declaró que son “bastantes” las personas que cada vez participan más en las actividades que realizan . Además, contó que un día se le acercaron unas mujeres con hiyab que le dijeron que se habían animado a ir al verla a ella participar. “A ellas les sirvió para perder ese miedo y que se acercaran a participar”, relató Assbaa.
Tapia cuenta que se puede seguir el ejemplo de ciudades como San Sebastián, Pontevedra o Santander. “Es muy fácil”, aseguró este.