El secretario general de Instituciones Penitenciarias inaugura los Cursos Internacionales de Melilla con una conferencia en la que resalta el papel del funcionario de prisiones en la detección de los radicalistas islámicos
El secretario general de Instituciones Penitenciarias, Ángel Yuste Castillejo, asegura que Melilla, “debido a su situación geoestratégica en África, actúa como una barrera entre la Unión Europea y el fenómeno yihadista”. Afirmó que tiene un “papel importante en el control de posibles elementos yihadistas” que se puedan desarrollar en el entorno de la ciudad y sirve para conocer cómo de “permeable es la tesis de radicales islamistas en los inmigrantes que acceden a la sociedad española”. De esta forma definió ayer el secretario de Instituciones Penitenciarias cómo colabora Melilla ante el fenómeno del terrorismo yihadista durante la ponencia inaugural que ofreció ayer en el primer Curso Internacional de Verano de la Ciudad que comienza este año y que trata sobre ‘El estado de derecho frente al fenómeno yihadista’.
Yuste Castillejo explicó que estaba previsto que el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, asistiera a la inauguración de este programa. Sin embargo, por motivos de agenda tuvo que suspender esta conferencia. No obstante, Fernández Díaz estará en la ciudad mañana para ofrecer la charla pendiente, en la que hablará sobre ‘El Estado frente al yihadismo’.
Los presos yihadistas
El secretario general de Instituciones Penitenciarias centró su ponencia en cómo ha evolucionado el perfil de los nuevos terroristas yihadistas y de cómo los centros penitenciarios han tenido que modificar su forma de actuar ante ellos para combatir esa realidad. Actualmente hay 186 internos en toda España que están sujetos al programa específico para tratar el terrorismo yihadista, explicó durante su conferencia, en la que matizó que 74 están condenados por un delito relacionado con este tipo de terrorismo o en prisión preventiva acusados de ello. Asimismo hay 25 personas presas por otros delitos, pero que tienen vinculación con el integrismo radical y otros 87 que en su mayoría son musulmanes y que debido a su situación puede ser influenciados o que podrían radicalizarse para sumarse a estas organizaciones terroristas por su odio a la sociedad occidental a la que culpan de su desventura. En total suman 186 internos actualmente los que participan en dicho proyecto especializado de Instituciones Penitenciarias para combatir el terrorismo islámico, aunque suman 2.000 desde los años 90.
También resaltó que es fácil identificar a los terroristas que pertenecen al primer grupo porque ya tienen una condena o se les está acusando de pertenencia a un grupo radical. Sin embargo, señaló que la gran dificultad a la que se enfrentan es la identificación de los otros dos perfiles, es decir, los líderes que están dentro de las cárceles y los internos que son más susceptibles de caer en estas redes yihadistas.
Los funcionarios de prisiones
Yuste Castillejo resaltó la relevancia del trabajo de los funcionarios de prisiones que son los que tratan a diario con los presos y los que pueden analizar si hay cambios en su conducta, en su forma de vestir o en su manera de relacionarse y si pueden estar vinculado a que haya un contacto con radicales terroristas.
Uno de los objetivos de Instituciones Penitenciarias es evitar que presos radicales puedan captar a otros internos influenciables, debido a su situación personal, indicó Yuste Castillejo. Hay que separar dentro de las cárceles a estos terroristas, es decir, que “no aprovechen el contacto con otras formas de criminalidad para extender su ideario y a la vez poner en marcha un mecanismos de separación entre ellos, así como procurar que aquellos que tienen voluntad y capacidad puedan dejar de ser enemigos públicos”, añadió.
Pero el secretario de Instituciones Penitenciarias aseguró que no es fácil conseguir rehabilitar a un terrorista yihadista. “Evitar la radicalización, siendo complejo, es más fácil que resocializar a los radicalizados”, aseveró.
Yuste Castillejo indicó que para evitar la radicalización de los presos hay que hacer una distribución entre los centros penitenciarios de los posibles líderes que puedan ejercer una influencia negativa para que no tengan contacto con otros que son susceptibles a su mensaje. En cuanto a su reinserción social, subrayó que “tratar el fanatismo, el mundo hermético y enfermizo en el que los terroristas está es más complejo”.
Cambios en el papel de la mujer en el terrorismo
El secretario de Instituciones Penitenciarias destacó que en los últimos años ha cambiado el papel de las mujeres que forman parte de células terroristas yihadistas. Resaltó que es un nuevo fenómeno porque hace diez años apenas había participación de mujeres en estas organizaciones. De hecho, señaló que hubo dos implicadas en los atentados del 11-M de Madrid, mientras que ahora hay “alrededor de una docena”. Asimismo, Yuste Castillejo indicó que este cambio se puede deber a varios factores, desde mujeres que ven en el Daesh (Estado Islámico) un referente de superación por sus problemas sociales a componentes económicos.