El experto en Hostelería y Turismo, Domènec Biosca, visita la ciudad para ofrecer a los empresarios del sector una nueva filosofía de la gestión del ‘negocio de la felicidad’.
El periodista y experto en Hostelería y Turismo, Domènec Biosca, visitó ayer Melilla para ofrecer una conferencia a la que asistieron numerosos hosteleros y empresarios de la ciudad y donde les ofreció las claves para potenciar el ‘sector o negocio de la felicidad’, según lo denominó Biosca. Antes de adelantar una receta mágica para potenciar el turismo en la ciudad, Biosca afirmó que “Melilla tiene que creerse que el sector del turismo es una fuente de ingresos”.
Además, dijo estar “convencido” de las posibilidades de la ciudad potenciando, eso sí, las relaciones con el entorno marroquí bajo la filosofía de “hay que sumar e ir de la mano” y contemplando la posibilidad de que Melilla sea un destino para los turistas.
“El objetivo es gestionar el ocio para que el cliente sea feliz”, afirmó Biasco, consciente de que “las personas pagan para ser felices y el turismo es la felicidad rentable”. Para este experto las virtudes de Melilla pasan por su historia, su patrimonio, su gastronomía, entre otras bondades, pero la pregunta fundamental es “si Melilla quiere tener paro o empleo”.
Otra de las premisas expuestas por Biasco es la adaptación a las nuevas tecnologías. Los cambios tecnológicos, Internet y las redes sociales son claves para el desarrollo turístico y los empresarios del sector tienen que estar dispuestos a incorporarse a estos cambios. “Lo que no dominas siempre será utópico y teórico y lo que dominas es práctico”, aseveró y añadió que “negarse a los cambios que se están produciendo es crear más paro. No se puede negar lo que está a favor del empleo”.
En la breve entrevista que concedió a los medios de comunicación locales, previamente a su ponencia, Biasco explicó cómo entró en el mundo del turismo, habiendo estudiado Empresariales.
Y es que, en sus años universitarios, trabajó como animador durante los veranos para poder costearse la carrera y fue en ese momento cuando descubrió que su vocación era “hacer feliz a la gente”. Así, viajó por todo el mundo haciendo lo que más le gustaba, ya que, tal y como dijo: “No hay que pensar en qué te ganarás la vida sino en ser el mejor en aquello que te gusta, que te hace feliz y te acabarás ganando la vida. En mi caso, la felicidad de la gente es mi pasión”.