La séptima Jornada de lanzamiento del Plan Estratégico de Melilla 2029 tuvo lugar por vía telemática el miércoles 2 de diciembre, a las 19:00 horas, e intervinieron el periodista Ignacio Cembrero, corresponsal en Marruecos durante muchos años; Marcos R. Pérez González, doctor en Relaciones; y Miguel Ángel Pérez Castro, doctor en Economía Aplicada y profesor de la Universidad de Granada. En esta sesión bajo el título ‘El proceso de desarrollo económico en el entorno fronterizo de Melilla’, hablaron de los retos que se presentan con el desarrollo del país vecino en las zonas próximas a la frontera melillense.
Tras la presentación del moderador de las Jornadas, Antonio Ramírez, intervino, en primer lugar, Ignacio Cembrero, que inició su exposición recordando al fallecido Rey Hassan II, quien “en todos los discursos del trono y encuentros con autoridades españolas” siempre reivindicó Ceuta y Melilla; si bien “no quería nada con los rifeños e incluso tenía ciertas reticencias con Tánger, que solo visitó una vez”.
Por el contrario, su hijo, el actual Rey Mohamed VI es diferente: “veranea habitualmente en el entorno geográfico de Ceuta, visita Alhucemas y ha promovido el puerto internacional de Tánger, así como fábricas y la llegada de algunas multinacionales”.
En cuanto a la provincia de Nador, a partir de finales de la primera década de 2000, Mohamed VI ha promovido el puerto de WEST-MED; la prolongación del tren; ahora la autopista; los proyectos turísticos en Saidía y el Atalayón; y la Ciudad de los Oficios y Capacitaciones, un Centro de formación ocupacional para 3.000 alumnos y 74 oficios, los más punteros.
Toda la planificación del desarrollo en Marruecos está hecha sin tener en cuenta ni a Ceuta ni a Melilla, sino más bien en contra de estas. Desde hace unos años, está adoptando unilateralmente medidas para restringir o impedir el comercio entre Ceuta y su entorno, las cuales, a los pocos meses son trasladas a la frontera de Melilla.
El 31 de julio de 2018 Marruecos cerró unilateralmente, después de un siglo y medio de funcionamiento, la frontera comercial de Melilla, imposibilitando el tránsito de las exportaciones regulares documentadas hacia Marruecos a partir de ese momento. Poco después, en Ceuta se imposibilitó el comercio atípico y en Melilla empezaron, poco a poco, las restricciones arbitrarias por parte de Marruecos. Las restricciones en Melilla van más “lentas” porque es el Rif, y “su población es más levantisca”. Además, existen menos alternativas económicas, pero la tendencia es la misma.
No obstante lo anterior, duda si el cierre del comercio atípico Marruecos va a poder mantenerlo en el tiempo, puesto que el país vive una fuerte crisis económica derivada de la pandemia y en Marruecos no hay, a diferencia de España, “colchones” para sostener el bienestar de la población (ERTEs, subsidios, protección, etc.). Además, la economía ha sido arrasada, porque depende mucho del sector turístico y los puestos de trabajo indirectos que este genera. Ya está iniciándose las manifestaciones de pobreza, e incluso la actual “crisis migratoria en Canarias”, cuando unos 10.000 jóvenes marroquíes han entrado irregularmente en las Islas con un “perfil” diferente al que hemos visto con anterioridad, puesto que casi todos son formados y con trabajo anterior.
En segundo lugar, Marcos R. Pérez González realizó una presentación, en la que ha analizado las relaciones entre España y Marruecos en el período comprendido entre 1982 y 1996, y ha diagnosticado que existe un “conflicto multidimensional” entre ambos países, fundamentado en la reivindicación de Ceuta y Melilla, la situación del Sáhara Occidental; las relaciones económicas mutuas; la inmigración irregular; y una diferente concepción geopolítica sobre la región.
También analizó las bases de la acción política de Marruecos hacia España, buscando el apoyo de esta última a sus reivindicaciones sobre el Sáhara, a sus relaciones privilegiadas con la Unión Europea; a la legitimidad del sistema político y democracia; y al papel regional de Marruecos.
Finalmente, para Miguel Ángel Pérez Castro, los efectos del fin del comercio atípico por el cierre unilateral de la frontera comercial no han sido un “cisne negro”, ya que lo sabíamos desde hace una década, pero lo hemos estirado al máximo. “Creo que cuando se abra la frontera de personas, se cumplirá a rajatabla el régimen de viajeros, es decir: compras de uso personal típicas de un turista y, en sentido contrario, fruta o pescado para uso doméstico”. El tradicional papel del comercio mayorista hacia Marruecos está ahogándose por la estrategia del desarrollo de la región Oriental.