El director del centro de análisis económico Foro Regulación Inteligente Diego Sánchez de la Cruz asegura que Melilla puede verse afectada de manera indirecta por la guerra comercial desatada por el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, y su incremento de aranceles.
Tal como explica el también investigador asociado en el Instituto de Estudios Económicos -servicio ligado a la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE)-, la ciudad autónoma “no es un actor central en el comercio internacional, pero sí depende del dinamismo económico general de España y del norte de África”. Por ello, prevé que, si la guerra comercial impacta en los flujos globales de mercancías o en el crecimiento europeo, eso puede reflejarse en menor actividad económica y menos oportunidades de desarrollo para Melilla. Con todo, matiza que “la actual situación no impone costes tan severos para la ciudad autónoma y lo deseable es que no se den nuevas escaladas”.
Sánchez de la Cruz cree que era “absolutamente previsible” que el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, desatara la guerra comercial que se está viviendo en el mundo con el incremento de los aranceles.
En este sentido, recuerda que ya en su primer periplo presidencial, Donald Trump dejó claro que su visión económica combina algunas medidas pro-mercado, como la desregulación o las rebajas fiscales, con la adopción de propuestas proteccionistas en el ámbito del comercio internacional, “sobre todo con la vista puesta en alterar los términos de intercambio con China”. En este segundo mandato, pues, desde su punto de vista, era lógico esperar un escenario así.
“Desde su primera campaña presidencial, Donald Trump dejó claro que su visión económica pasaba por una vuelta al proteccionismo. Su lema de ‘America First’ incluye una crítica constante al comercio internacional tal y como lo conocemos, y una defensa de la industria nacional mediante barreras comerciales. No es una sorpresa, por tanto, que recurra a los aranceles como herramienta política y económica”, insiste el profesor.
De cualquier manera, le sorprende que lo ejecute de forma generalizada -lo que provoca perjuicios a socios geopolíticos clave como la Unión Europea (UE)-, que se calculen los aranceles a partir del déficit comercial en vez de tomando como referencia las barreras existentes y que haya actuado “con tanta torpeza” que ha tenido que replegar sus anuncios iniciales - una pausa de 90 días para los aranceles más elevados para decenas de países excepto China- y ha visto cómo se encarecían los bonos del Tesoro de EEUU.
Preguntado sobre por qué cree que el presidente estadounidense actúa de esta manera, Sánchez de la Cruz responde que hay tres motivos principales. En primer lugar, porque Trump cree que el déficit comercial de Estados Unidos es un problema que debe corregirse mediante restricciones, lo que, en su opinión, “revela un entendimiento muy primario del comercio global y sus implicaciones”. Segundo, apunta el economista, porque de esta forma busca ganar apoyos internos en estados industriales clave, “donde este tipo de medidas tiene un impacto simbólico importante, aunque sus efectos reales sean discutibles y, en gran medida, contraproducentes”. Por último, a su parecer, porque desea disputar a China el sitio que hoy ocupa en el tablero geopolítico mundial, consciente como es de que en muchos escenarios de intercambio con el gigante asiático se dan situaciones de no reciprocidad.
Consecuencias globales
Sánchez de la Cruz explica que, en todo el planeta, la guerra comercial está aumentando la incertidumbre y obligando a rebajar a la baja las previsiones de crecimiento. Los principales actores, además de los Estados Unidos, son China y, en segundo lugar la Unión Europea. Países vecinos de Estados Unidos como México o Canadá ya están negociando con la Casa Blanca, como sucedió en la primera presidencia de Trump. En Asia, Japón o Corea del Sur también se están viendo involucrados. A nivel global, el economista advierte de que esto ralentiza el comercio, frena la inversión y puede lastrar el crecimiento económico “de forma severa” si se intensifica la carrera al alza de los aranceles.
Mientras tanto, el economista alerta de que España, “como economía abierta y fuertemente integrada en la UE”, se verá afectada si el conflicto sube de intensidad. Hay que tener en cuenta, dice, que un entorno global menos favorable al comercio impacta en las exportaciones del país, sobre todo en ciertos sectores como el automovilístico, el de producción de bienes de equipo, el químico-farmacéutico o el agroalimentario. Además, añade, el aumento de la incertidumbre internacional puede frenar decisiones de inversión. En cualquier caso, Sánchez de la Cruz admite que el impacto directo será “más limitado” en el caso de España que en otros países comunitarios por el peso “relativamente pequeño” del comercio bilateral con los Estados Unidos.
Finalmente, sobre las medidas anunciadas por el Gobierno central, Sánchez de la Cruz no cree que vayan por buen camino, porque, tal como indica, “el verdadero reto no es responder con más aranceles y más gasto, sino con reformas por el lado de la oferta que reduzcan las trabas para hacer negocios”. Por lo tanto, el economista considera que, “si tanto preocupa al gobierno el fortalecimiento del libre comercio, una respuesta efectiva consistiría en liderar una ofensiva a favor del este tipo de políticas aperturistas, no en aliarse con China”.
Sobre Diego Sánchez de la Cruz
Diego Sánchez de la Cruz participa, con su estilo claro, directo y con enfoque liberal, de forma regular en medios de comunicación como Libertad Digital, Movistar+, Antena 3, esRadio o Intereconomía, en calidad de analista económico. Es autor de diversos libros, publicados por el Grupo Planeta y Unión Editorial. Ha traducido al español a autores como Johan Norberg o Thomas Piketty.
Sánchez de la Cruz inició su trayectoria docente en 2013, en la Universidad del Instituto de Empresa. Se incorporó a la Universidad Camilo José Cela en 2017, a cargo de asignaturas como Public Relations, Public Diplomacy and Networking o Globalization and International Relations.
También desempeña labores de consultoría empresarial y comunicación para diversas empresas multinacionales. Es CEO del Foro Regulación Inteligente, director de Estudios del Instituto Juan de Mariana e investigador internacional del Instituto de Estudios Económicos y ha colaborado en la elaboración de informes para el Observatorio de Ceuta y Melilla.