Melilla es una de las provincias pioneras en España en abrir un centro de atención 24 horas para víctimas de violencia sexual, un recurso previsto en la ley del solo sí es sí que en la ciudad autónoma ha atendido, en sus primeros cien días de vida, a 16 mujeres que han sufrido una agresión de este tipo.
Eso supone una media aproximada de una víctima atendida cada seis días en el también conocido como ‘centro de crisis 24 horas’, una cifra que “impacta” y que, en opinión de la consejera de Presidencia, Administración Pública e Igualdad, Marta Fernández de Castro, evidencia lo necesario que era contar en Melilla con un recurso como este.
En una entrevista con EFE, la consejera ha puesto el foco en el incremento de las agresiones sexuales en España en general, que han pasado de las casi 1.900 violaciones conocidas por los cuerpos de seguridad en 2019 a rozar en 2023 las 4.900, más del doble en solo cuatro años, según las estadísticas oficiales del Ministerio del Interior.
“Cifras bastante dantescas”, según Fernández de Castro, que también tienen su reflejo en Melilla, donde 2023 cerró con récord de delitos sexuales de todo tipo conocidos, 41, casi el doble que el año anterior. De ellos, tres fueron agresiones sexuales con penetración, un dato que ya se ha superado en 2024 al registrarse cuatro solo en el primer trimestre.
Desde que el pasado mes de abril abriera sus puertas, las víctimas disponen en Melilla de este centro al que acudir tras sufrir cualquier tipo de violencia sexual, desde violaciones hasta casos de acoso, agresiones sexuales intrafamiliares, extorsión, matrimonios forzados, prostitución ajena o mutilación genital, entre otros.
“Estamos atendiendo todo tipo de violencia porque ninguna es menor que otra”, asegura la viceconsejera de Igualdad y Mujer, Fadwa Abelhadj, que no oculta su orgullo de que Melilla haya sido el cuarto lugar de España en abrir un centro de crisis 24 horas, recurso que debe ser una realidad en las 52 provincias del país antes de que acabe el año.
Ello ha sido posible tras un “trabajo titánico” que, como recuerda Marta Fernández de Castro, arrancó en la pasada legislatura con un gobierno y se ha culminado en esta con otro, gracias también a la interoperabilidad entre todos los agentes que intervienen en la lucha contra la violencia sexual, como pueden ser los organismos de Igualdad de las diferentes administraciones, la Jefatura Superior de Policía o el Colegio de Abogados.
Atención global
Ubicado en pleno centro de Melilla, este nuevo centro para la lucha contra la violencia sexual ofrece a las mujeres que acuden a él una atención global que abarca el aspecto psicológico, jurídico y social y que va más allá de una asistencia inmediata o de emergencia, ya que también se extiende en el corto, medio y largo plazo.
Además, incluye un seguimiento y una derivación de las víctimas a las entidades donde deben ser tratadas, incluido el acompañamiento a Urgencias o a la comisaría de Policía si desean denunciar su caso, ya que no es necesario dar ese paso previo para acudir al centro de crisis.
De todo ello se encargan varios equipos multidisciplinares compuestos en total por once profesionales, todas mujeres, entre las que hay trabajadoras sociales, asesoras jurídicas, intérpretes, psicólogas y una administrativa, además de la vigilante, lideradas por una coordinadora, que toma las riendas en los casos más graves para ir activando los diferentes mecanismos.
Como su nombre indica, el centro está abierto las 24 horas durante todo el año, con un horario presencial por las mañanas y telefónica/telemática el resto del día. Fadwa Abelhadj cree que es necesaria esta atención permanente, “como un hospital”, no solo porque las agresiones sexuales no tienen fechas ni horarios, sino también porque “nunca se sabe cuándo una víctima puede dar el paso” de pedir ayuda.
De hecho, hay casos de mujeres que, después de sufrir una agresión sexual, tardan en “deshacer un nudo de mucho tiempo” y de “muchas vueltas” a la cabeza sobre si acudir o no al centro o no. Algunas, después de tomar la decisión de pedir ayuda o información, incluso deciden no seguir adelante, como ha ocurrido en siete de las 16 asistencias realizadas en los cien primeros días del centro de crisis.
Concienciación
La consejera y la viceconsejera piden a las víctimas, y también a sus respectivos entornos, que vean este nuevo recurso como “un punto seguro donde se les va a dar todo tipo de ayudas”, muy necesarias tras sufrir un caso de violencia sexual, y que “puede sanar una herida que esté todavía abierta” con iniciativas como terapias individuales o incluso colectivas si hiciera falta.
La prevención de la violencia sexual es otro de los grandes objetivos del centro de crisis 24 horas, para lo que sus responsables inciden en la necesidad de atajar el problema desde la concienciación, sobre todo en edades tempranas, una línea de trabajo que ya se ha empezado a explorar en colaboración con las autoridades educativas para hacer campañas en los centros escolares.
En este punto, Marta Fernández de Castro pone sobre la mesa un informe de Cruz Roja acerca de la influencia de la pornografía entre los menores, dado el machismo y el ámbito violento en el que se producen esos vídeos. “Este puede ser también uno de los factores” del incremento de las cifras de violencia sexual, según la consejera, además del despunte de agresiones en manada.
La viceconsejera añade otro posible motivo, y es la mayor confianza de las víctimas en el sistema, que ha mejorado en los últimos años en todos los ámbitos en el tratamiento de estos casos para poner el foco en el agresor y evitar una revictimización de quien sufre violencia sexual.
Fadwa Abelhadj insiste en la necesidad de seguir trabajando para que la mano tendida que supone el centro de crisis a todas las víctimas y no solo a las que ya tienen cierta madurez, pues las estadísticas revelan que quienes más denuncian o acuden a pedir ayuda son mujeres cuya edad va desde los 25 a los 49 años.
El centro de crisis busca la presencia en las redes sociales y una comunicación vía WhatsApp como los mejores aliados para llegar a los jóvenes, aunque en realidad el objetivo es que toda la sociedad conozca este nuevo recurso con el que cuenta Melilla para hacer frente a la violencia sexual.
Para ello, ya se están diseñando campañas de cara a las celebraciones de verano, época en la que hay un repunte de agresiones y, sobre todo, ante las fiestas patronales que arrancan el 31 de agosto, con un punto de información específico. El objetivo final, la concienciación para poner coto, de una vez por todas, a la violencia sexual.