La Feria del Turismo (Fitur) arrancó ayer en Madrid. Un expositor de lujo y una oportunidad para promocionar las bondades de Melilla y conseguir así atraer la atención de los turistas a nuestra ciudad.
Otro año más el sueño de Fitur se le ha desinflado al viceconsejero de Turismo, Javier Mateo, que volverá de Madrid sin haber ejecutado su ‘Plan B’: El contrato marítimo. El año pasado ya se le atragantó su paso por Fitur al conocer que el primer concurso había quedado desierto, y en esta ocasión, el recurso presentado por la plataforma en defensa de la línea con Motril ha paralizado la tercera licitación. Al menos hasta mañana, tal y como dijo ayer Mateo.
El viceconsejero espera conocer la resolución del Tribunal mañana y confía en que ésta permita continuar con la licitación. Aún sin saber cuándo se conocerá la decisión y menos aún cuándo podrá adjudicarse el contrato, Mateo ya se ha adelantado al mismísimo Ministerio de Fomento y ha acordado con las navieras ‘aguantar’ el servicio hasta abril. Posiblemente porque piense que el nuevo contrato marítimo pueda echar a andar en mayo, como ya comunicó a El Faro la Marina Mercante hace unos meses. Entonces, no se creía que este plazo ‘estimado’ por Marina Mercante fuera factible. Ciertamente, ni siquiera la Dirección General podría pensar en Madrid, que la licitación se vería suspendida por el recurso interpuesto desde la pequeña localidad de Granada, Motril.
Así las cosas y con tanta incertidumbre en torno al contrato marítimo, la propuesta estrella de Melilla en Fitur este año son los bonos para los billetes de avión, que permitirán viajar a precios económicos no sólo a los melillenses sino también a los foráneos.
Sin embargo, el viceconsejero Mateo ayer pronunció unas palabras inquietantes: “Innovación poca. Melilla tiene lo que tiene y no podemos inventarnos cosas”.
Desconocemos en qué estaría pensando cuando dijo lo que dijo. Lo que no cabe duda es que los melillenses y familiares de melillenses seguirán utilizando el barco y el avión para salir y venir a la ciudad. Pero si pretendemos atraer a ‘nuevos’ turistas tendremos que ofrecerles algo más que simplemente billetes de avión más económicos, lo que ya sería un avance para eliminar escollos.
El viceconsejero parecía resignado a tener que ‘vender’ en Fitur los productos habituales de Melilla, como su Modernismo. Mateo reconoció que no se había comercializado este ‘producto’ lo suficiente como para posicionarlo en el mercado y que esté a la altura de la ruta de Carlos V o la ruta Sefardí. Algo que, después de muchos años de presencia en Fitur debería ser la marca de identidad de Melilla, junto con el resto de su patrimonio histórico, cultural y artístico.
Si no hay más creatividad y capacidad para innovar en Fitur, lo que ofrece ciertas dudas, nos tendremos que resignar básicamente con ‘lo que hay’, según el viceconsejero de Turismo. Así, pocos turistas ‘nuevos’ podremos ver en las calles de Melilla, más allá de los familiares de melillenses que ya la conocen o de los refuerzos de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado, que son, como ya sabemos, los que engrosan las estadísticas. Melilla se merece más.