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Nada más y nada menos que por 15 se han multiplicado, en alrededor de un año, las peticiones de asilo por orientación sexual de personas que llegan a Melilla.
En su mayoría, se trata de ciudadanos marroquíes se desplazan hasta la ciudad por su condición sexual. Según los datos que publica hoy El Faro, el Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI) ha pasado de acoger a entre cuatro y cinco personas por este motivo a unos 75.
Pese a que los datos no llegan a las tres cifras, es significativo dicho aumento en sólo alrededor de un año. Se trata de una tendencia al alza. Y es que, según la Federación Estatal de Lesbianas, Gais, Transexuales y Bisexuales (Felgtb), Melilla se está convirtiendo en un punto clave para la acogida de estas personas que se sienten perseguidas por su condición sexual en su país de origen.
Es por ello que esta entidad reclama a las autoridades que se forme al personal del CETI sobre este tipo de perfil de personas, del mismo modo que la acogida cambió cuando la tendencia varió al empezar a superar los refugiados, principalmente sirios, a los migrantes económicos.
Tanto la Felgtb como las fuentes del centro de estancia de inmigrantes consultadas por este diario consideran que seguirá creciendo la llegada de demandantes de protección por cuestiones relacionadas con la orientación sexual.
También reclama esta federación que lucha por los derechos del colectivo LGTB que se ofrezca asistencia letrada y psicológica a estas personas.
El hecho de que aumente la llegada de ciudadanos de otros países por no poder vivir su orientación sexual libremente en sus lugares de origen puede suponer un reto, pero también una mejora, para el sistema de acogida de personas que requieren protección en Melilla.
La tendencia creciente en este sentido puede desembocar en que los mecanismos de acogida se sigan engranando en nuestra ciudad. Ya fue un paso la apertura de la oficina de asilo en Beni Enzar, al igual que también lo fue la agilización de las salidas hacia la península. Ahora, con la llegada de otros perfiles de personas con necesidad de protección, Melilla puede y debe convertirse del todo en un refugio para los solicitantes.