Aunque ampliamente condicionado por una potente conectividad marítima, aérea y telemática, el entramado productivo está llamado a ser el motor de la verdadera autonomía de Melilla. Si partimos del hecho de que la estructura productiva de la ciudad tiene una diversificación escasa, una alta dependencia del sector público y un elevado predominio de micro empresas, entendemos la necesidad de promover la capacidad productiva de bienes en alimentación y artesanía, o de servicios educativos, sanitarios, digitales y turísticos, expuesta en el Plan Estratégico. A eso podemos sumar debilidades como la inexistencia de actividades del sector primario como agricultura, pesca o ganadería, la baja representación del sector industrial; la deficiente capacidad infraestructural de alojamiento y servicios turísticos; y la reducida disponibilidad de suelos para implantar nuevas instalaciones productivas. En términos macroeconómicos, Melilla generó en 2018 109 millones de euros por km² y 16.710 euros por habitante, con 1.419 millones de euros de valor agregado bruto (VAB, que mide el valor del conjunto de bienes y servicios que se producen durante un periodo de tiempo, descontando los impuestos indirectos y los consumos intermedios). Además, su VAB por hora trabajada estaba entonces en 29,5 €/h, pero es elevado en sectores como las actividades inmobiliarias (686,9 €/h) y bajo (14,9 €/h) en actividades profesionales, científicas, técnicas y administrativas y en servicios auxiliares. No obstante, la productividad de la ciudad supera en tres sectores a la media española. Ellos son: las actividades financieras y de seguros (38,2% más productivo que en España); el suministro de energía eléctrica, gas, vapor y aire acondicionado, y el saneamiento, gestión de residuos y descontaminación (un 46,5% más productivo); y las actividades inmobiliarias (111,5%). Desde 2008 la productividad del factor trabajo aumentó hasta situarse en la actualidad en un 9,8%, aunque Melilla tenía en 2018 el PIB por habitante más bajo de los territorios autonómicos españoles: 18.533 euros. Por otro lado, la distribución urbana de la renta es muy irregular y se reparte en función de la población residente de los distintos distritos. De ellos, el superior es el distrito seis con 14.558 euros. En tanto, la formación bruta de capital fijo estaba en 2017 en 264 millones de euros, 192 millones de ellos ejecutados por empresas y entidades privadas. Mapa productivo actual de Melilla Por una parte, la estructura productiva de Melilla comprende 5.934 establecimientos, 2.437 de ellos destinados al comercio, que es la actividad mayoritaria de la ciudad. Por otra, el tejido empresarial está constituido por 5.304 empresas, de las cuales el 40% se dedica al sector comercial y son mayormente de carácter micro. Por sectores, las empresas se dedican fundamentalmente al comercio, transporte y hostelería (3.201 empresas), pero en términos de empleo destacan además la Administración Pública y Defensa (3.146) y los servicios educativos y sanitarios (3.038). El mapa comercial melillense en 2019 lo componían 2.437 establecimientos empresariales, por mucho el mayor número de todas las actividades económicas existentes y muy por encima de los demás sectores. De hecho, el comercio representa un 41,1% del total, mientras en Ceuta es de un 39,5% y en España, de un 23,8%. Amén de que el comercio atípico representa de un 80 a un 90% de la actividad de las empresas comerciales de Melilla, la importancia del Comercio Español con Marruecos reduce el margen de maniobra de la ciudad para influir en la relación con su país vecino. Aparecen asimismo el turismo y el sector primario como actividades que hay que potenciar más, junto al industrial, que representa apenas un 1,5% del total de empresas de la ciudad. En la rama industrial se cuentan unas 77 empresas que emplean a un total de 409 trabajadores, todos en el sector de la industria manufacturera. Asimismo, el 48% del total de empresas de este sector están destinadas a la fabricación de productos metálicos (excepto maquinaria y equipo), y a la alimentación. El desarrollo de nuevos espacios A tenor con lo previsto para 2020-2029, hay que posibilitar acuerdos entre las administraciones para dedicar los suelos públicos que actualmente apenas se usan, para impulsar nuevos espacios productivos. De ahí que el Plan contemple brindar 1.5 millones de euros para apoyar a iniciativas de pequeños talleres artesanales o pequeña industria en las naves existentes. Puntualmente se plantea establecer un régimen económico y fiscal adecuado para el desarrollo del posicionamiento de las empresas e incrementar un 50% la participación de las actividades productivas privadas. Otras ambiciosas metas se enfocan en disponer de un entorno ejemplar de emprendimiento e innovación; crear las condiciones para retener y atraer talento e inversión empresarial, alcanzar un nivel del 80% en la digitalización de las empresas y multiplicar por tres las entradas de turistas y por cuatro las entradas de excursionistas. Del mismo modo, se quiere duplicar la participación del sector primario y del sector secundario en el VAB; y constituir un conglomerado de empresas en torno a los servicios digitales, y un sector avanzado de servicios especializados en formación y en salud. Para potenciar un nuevo modelo productivo se requieren unos 17.25 millones de euros. De ellos, 3 millones para crear un dispositivo "Invest in Melilla" para atraer inversores, talento y nuevas oportunidades; 7.5 millones para impulsar la economía del conocimiento, los servicios digitales y otras actividades de base tecnológica; y 6.75 millones para apoyar iniciativas emprendedoras en este sentido. Otros 22.65 millones de euros serían para hacer de Melilla una ciudad de negocios. Aquí se incluiría la creación de una escuela de hostelería y otra de construcción (con 1.35 millones de euros para cada una); y de un fondo de capital-riesgo y de garantías a proyectos (9 millones). Además, instaurar un régimen especial de ayudas a empresas (7 millones); implantar equipos de mentoring y orientación para emprendedores (1.2 millones), y elaborar un plan de marketing turístico e implementación (2.75 millones). Además, se destinarían 1.8 millones de euros a la promoción de nuevos centros y capacidades para celebrar actividades formativas especializadas; 3.75 millones para el segmento de convenciones, reuniones y eventos asociadas a las relaciones Europa‐África; y 5.85 millones para el fomento de la modernización e innovación empresarial y adaptación a las nuevas fuentes de actividad y modelos de negocio. En este último punto, el presupuesto se distribuiría en fomentar el desarrollo de establecimientos empresariales innovadores (1.8 millones de euros); propiciar el desarrollo de servicios especializados (1.35 millones); y apoyar la digitalización del comercio tradicional, impulsando la digitalización y la eficiencia energética, que permita una espacialización en productos de alta gama (2.7 millones).