NADA más y nada menos que 18 vuelos fueron cancelados ayer a causa del temporal que azotó Melilla durante todo el día. Sólo un trayecto se llevó a cabo, y fue entre nuestra ciudad y Málaga.
No es algo que nos pille de nuevas. Hace sólo una semana otros seis trayectos por aire fueron suspendidos por la misma causa.
Por si fuera poco, el barco de Almería, para frustración de más de uno, no pudo salir ayer a las 15:00 horas del puerto de la ciudad, también por las malas condiciones climatológicas, en este caso, en el Mar de Alborán.
Parece que los melillenes tienen que resignarse a vivir a expensas de lo que Eolo decida. Año tras año en la misma época, cientos de personas se quedan en tierras africanas por culpa del temporal. Melillenses y peninsulares que tenían otros planes, pero que se encuentran atrapados en la ciudad.
Pese a lo azaroso de la cuestión, seguramente un turista al que le dé por venir a Melilla para conocer de primera mano cómo es la realidad de una ciudad africana y española y cómo conviven las diferentes culturas, se sentirá frustrado si se ve encerrado en ella más días de lo previsto, soportando, además, el mal tiempo y las fuertes rachas de viento características de estas fechas.
El viento no sólo causa cancelaciones en los transportes que salen y entran en nuestra ciudad, sino que, además, genera desperfectos en edificios y lugares públicos.
Ayer mismo, los Bomberos realizaron numerosas salidas y, en una de ellas, tuvieron que entrar en un edificio alertados por el estruendo que provocó la precipitación de un tabique que cayó desde el tercer piso al primero.
El deporte tampoco se salvó: la UD Melilla y el River, los principales equipos de fútbol masculino de nuestra ciudad, se quedaron sin jugar a causa del fuerte viento. Al primero le tocaba en casa, pero ni aun así pudo disputar su choque.
Los franjirrojos, por su parte, terminaron su viaje antes de empezarlo. No pasaron del aeropuerto.