Todos los partidos con representación en la Asamblea estuvieron en el acto, menos PPL, que se ausentó por “un malentendido”.
Carmen León esperaba emocionada a que llegaran las autoridades. A su lado, un familiar la sostenía y la animaba con miradas y caricias. Siempre está junto a la sepultura de su marido en el día de los Fieles Difuntos. Agradece de corazón el cariño que el pueblo de Melilla le brinda depositando una corona de flores sobre los restos mortales de su esposo. Francisco Gil fue hombre bueno que demostró su solidaridad y su valentía al meterse en un mar bravío para salvar a varios bañistas. Consiguió su objetivo, pero volvió al agua para ayudar a otras personas y no pudo salir. Murió siendo un héroe. Por eso, la Asamblea le rinde un homenaje todos los años. Francisco Gil es uno de los personajes que ayer fue recordado por los representantes de los melillenses.
Un gran número de políticos de la ciudad asistió a la ofrenda oficial de flores por el día de los Fieles Difuntos en el Cementerio de la Purísima. Todos los partidos con representación en la Asamblea estuvieron en este acto a excepción de Populares en Libertad. Estaba previsto, según confirmó la Ciudad, que Julio Liarte, diputado de PPL asistiera a la tradicional ofrenda. Sin embargo, Liarte no estuvo en el acto. El diputado de PPL aseguró a El Faro que fue un “malentendido” lo que provocó su ausencia en el homenaje a los difuntos, pues añadió, “no falta ningún año”.
“Dejaron una ciudad mejor”
El presidente de la Ciudad, Juan José Imbroda, resaltó al finalizar el acto que es una tradición rendir homenaje a las personalidades de Melilla, así como a los cargos públicos que fallecieron tras desarrollar una gran labor en la Administración, como es el caso de Cándido Lobera, que fue presidente la Junta de Arbitrio, Rafael Ginel, que fue alcalde desde 1979 hasta el 1983, el también alcalde Antonio Díez, que ocupó este cargo de 1931 a 1936, y los concejales José Imbroda y Pedro Ubieto, que fallecieron hace pocos meses.
Imbroda, además, resaltó la importancia de este acto que permite también recordar a víctimas de diversos accidentes, como el aéreo que se produjo en 1998, las personas que murieron por la rotura de los depósitos de agua de Cabrerizas en 1997 y las que perecieron por la explosión del polvorín que había cerca de Cabrerizas en 1928.
“Se trata de rendir un homenaje justo a estas personas que en representación de tantos ciudadanos dieron lo mejor de sus vidas por Melilla. Son los que dejaron una ciudad mejor en momentos más difíciles que los nuestros”, señaló el presidente del Ejecutivo local, que añadió que todos cuentan con su admiración y respeto.
Un listado para recordar
La Ciudad deposita una corona de flores en una tumba muy especial. Es una fosa común en la que están enterrados los restos de los ciudadanos que fueron sepultados en el cementerio antiguo. Quizás no quede ningún familia que les recuerde y por ello, esta acción hace que cada año se rememore que estos melillenses también formaron parte de la ciudad.
En el Panteón Militar de Héroes se hace una oración especial. En este lugar descansan los restos de soldados y oficiales que perdieron la vida en el desempleño de su trabajo, defendiendo esta tierra.
Tampoco olvida la Asamblea a Antonio Molina, guardia civil que fue asesinado por ETA en un atentado terrorista en 2002 ni a José Romero Girado, un trabajador que murió en un accidente laboral en 1978.
Además, los representantes de los melillenses se acercan siempre a la sepultura de César Jiménez, actor destacado de Melilla, que da nombre a un certamen de teatro escolar.