Por el Día Mundial del Turismo, que se celebra cada 27 de septiembre, Melilla ha puesto en valor la capacidad del sector como instrumento de paz, además de ser un motor económico para todas las ciudades.
La Plaza de las Culturas, símbolo de la riqueza cultural de la ciudad y donde se encuentra ubicada la Oficina de Turismo, ha sido el lugar elegido para celebrar el acto institucional por el Día Mundial del Turismo. Diferentes personalidades del sector se han unido al consejero de Turismo, Miguel Marín, para llevar a cabo la lectura del manifiesto y reivindicar el potencial del turismo como herramienta de cambio.
Chakib Mohamed, presidente de la Asociación de Hostelería de Melilla, ha sido el encargado este año de leer el manifiesto. Durante la lectura se ha puesto de relieve, principalmente, la potencia de la ciudad para impulsar el sector, dado que es un lugar donde "culturas, lenguas e historias se entrelazan, simbolizando el poder del turismo para conectar al mundo".
Así, en este Día Mundial del Turismo, se ha manifestado el "momento crucial" que atraviesa la industria, dado que en los últimos años se está comprobando su capacidad transformadora, no solo en el terreno económico, sino también en el social. En ese sentido, la transición de la Organización Mundial del Turismo (OMT) a ONU Turismo "marca una nueva era" para el sector, un cambio que "refuerza la importancia de poner a las personas y al planeta en el centro de nuestras prioridades".
"Melilla, cruce de caminos y de culturas, refleja la esencia de este nuevo enfoque global: un turismo que es inclusivo, respetuoso y sostenible", ha indicado Mohamed. Siguiendo con el manifiesto, se ha puesto en valor la capacidad del sector para ser el motor económico de la ciudad, capaz de crear empleos, promover el desarrollo de comunidades locales y favorecer el intercambio cultural.
Pero, lejos de los beneficios económicos, el impacto del turismo va más allá. "En un mundo cada vez más polarizado, el turismo ofrece una plataforma para el diálogo, la reconciliación y la paz. Viajar nos abre a nuevas realidades, nos ayuda a romper barreras y a construir puentes entre las naciones".
Por este motivo, desde Melilla han querido aprovechar la jornada para reivindicar el potencial del turismo para contribuir a la paz, que se construye con "pequeños actos cotidianos de comprensión y respeto" que se generan al viajar y cruzar fronteras. "El turismo puede ser un instrumento poderoso para la paz, facilitando el entendimiento intercultural y ofreciendo oportunidades de diálogo entre comunidades diversas. Como Melilla, ejemplo vivo de coexistencia entre culturas, nos enseña, el turismo es un catalizador para el entendimiento entre pueblos".
También han insistido en que el futuro del sector turístico reside en la juventud, de ahí la importancia de "invertir en su educación, formación y participación" para activar la industria. "Su creatividad, energía y nuevas perspectivas son esenciales para garantizar un turismo que sea verdaderamente inclusivo y sostenible, capaz de generar un cambio social positivo y contribuir a un mundo más pacífico".
De esta manera, la ciudad de Melilla ha reafirmado su compromiso para que el turismo sea un instrumento de paz y desarrollo sostenible, "donde cada viaie sea una oportunidad para acercarnos más como humanidad". Para terminar, se ha hecho un llamamiento a todos los actores del sector para seguir trabajando "unidos" por un turismo que promueva la justicia social, los derechos humanos y la equidad económica.
Y que cobréis sueldazos millonarios en trabajos súper de p.m por decir semejantes paparruchas...clama el cielo.