El domingo seis de octubre será un día difícil para olvidar para el pueblo de Melilla, ya que tras once años sin recalar en la ciudad autónoma, el portaaeronaves Juan Carlos I atracaba en el puerto melillense para acoger el juramento, o promesa, a la bandera de España desde un punto de vista civil.
El Almirante de la Flota Eugenio Díaz del Río Jáudenes fue el encargado de actuar como anfitrión ante las autoridades civiles, militares y de lo cientos de melillenses que asistieron a este acto a bordo del buque Juan Carlos I.
Con puntualidad militar, a las 12:00 horas dio comienzo el juramento, o promesa, de bandera por parte del Almirante de la Flota quien, posteriormente, pasó revista a la tropa.
Tras la jura de bandera de los representantes políticos de la ciudad, se inició el evento para 270 melillenses que no quisieron perderse esta cita tan relevante. Uno a uno, juraron, o prometieron, su lealtad a la bandera española.
Finalizado el acontecimiento central, el Almirante de la Flota, Eugenio Díaz del Río Jáudenes, junto al presidente de la Ciudad, Juan José Imbroda, homenajearon a los militares que dieron su vida por nuestro país.
En un evento de estas características no podía faltar la interpretación del himno de la Armada al que siguió la intervención del Almirante de la Flota con la cual se puso el punto y final a este evento multitudinario.
Durante su discurso, el Almirante de la Flota agradeció “la ilusión y compromiso para llevar a buen término la jura de bandera de personal civil y, especialmente, gracias a los 270 ciudadanos que se han inscrito a este acto”.
Jáudenes no pasó por alto esta cifra que para él es una muestra de “la expresión pública en la que cada uno de vosotros decide, por su propia voluntad, mostrar ante el resto de ciudadanos que está dispuesto a contribuir al bien común. Se trata de un compromiso de ser un buen ciudadano en la sociedad, en la que desarrollamos nuestra vida cotidiana. Es, en definitiva, una promesa que cada uno de vosotros se hace a sí mismo y se puede poner en práctica en cualquier labor de la sociedad, en el trabajo, en la familia o los vecinos”.
Para el Almirante de Flota demostrar estos sentimientos públicamente es un símbolo de “valentía y compromiso y demuestra que sois buenos ciudadanos. Habéis entendido la trascendencia de este acto, ya que asumís voluntariamente defender a España, tal y como reza nuestra Constitución”.
En este sentido, Jáudenes reiteró que “con vuestros juramentos se contribuye de manera decisiva a la consolidación de la cultura de la defensa en España. De modo, que la defensa nacional no quede aislada como algo que sólo incumbe a las Fuerzas Armadas sino a la integración de todos los esfuerzos materiales, morales e intelectuales de la nación española”.
El Almirante de la Flota quiso dejar claro que este sentimiento es común “en los países de del entorno o en cualquier democracia moderna, en la que sociedad y Fuerzas Armadas trabajan conjuntamente e integradas”.
Para finalizar, Jáudenes aprovechó para pedir a la Virgen de la Victoria y a la Virgen del Carmen, patrona de los marinos, “que nos ayuden a ser ciudadanos de bien para mayor gloria de España”.
Por su parte, el presidente de la Ciudad, Juan José Imbroda, destacó haber “asistido a un acto muy emotivo, entrañable y lo ha protagonizado la Armada y, por supuesto, muchos melillenses que han venido a jurar bandera esta mañana en el buque insignia de la Armada española, el Juan Carlos I”.
Durante su alocución, Imbroda manifestó que el evento del domingo debe “pasar a los anales de la historia de la ciudad porque la presencia aquí de este buque, con tantos asistentes, es realmente muy emocionante”.
El presidente de la Ciudad agradeció al Almirante de la Flota que “haya decidido apoyar Melilla con su presencia. De esta forma, se ratifica también la unión de la Armada española con la ciudad autónoma, lo cual es proverbial desde 1497. Próximamente, además, se celebrará el levantamiento del sitio de la ciudad de Melilla que el 19 de marzo del 2025 cumple 250 años”.
Sin duda, el de ayer ha sido un día que permanecerá en la retina de cientos de melillenses para siempre.
Características portaaeronaves
El buque anfibio portaaeronaves Juan Carlos I es un buque multipropósito y el mayor buque de guerra de España con más de 200 metros de eslora.
El buque Juan Carlos I supone una herramienta de la Armada para garantizar la capacidad de respuesta e influencia global a disposición del poder político, en apoyo a la creciente proyección internacional de España.
Se trata de una unidad tecnológicamente avanzada, interoperable, adiestrada y alistada, lo cual le permite actuar con garantías de éxito en escenarios muy variados.
Está diseñado y construido íntegramente en España, por lo que se trata de una muestra más de las capacidades alcanzadas por nuestra industria de defensa y redunda en su prestigio fuera de nuestras fronteras.