La UNED acogió un acto organizado por la Comunidad Israelita y al que acudió el presidente de la Ciudad.
Con motivos del Día Internacional de Conmemoración en Memoria de las Víctimas del Holocausto y Prevención de crimenes contra la Humanidad, la UNED de Melilla acogió ayer un acto organizado, por segundo año consecutivo, por la Comunidad Israelita de la ciudad y al que acudieron tanto representantes de otras congregaciones religiosas como integrantes del Gobierno de la Ciudad Autónoma, entre los que estaba el presidente Juan José Imbroda. El evento tuvo como elemento principal la ponencia de Blas Jesús Imbroda, decano del Ilustre Colegio de Abogados de Melilla y experto en temas del Holocausto.
Esta fecha internacional para el recuerdo de las víctimas se estableció coincidiendo con la fecha de liberación del campo de concentración de Auschwitz, de la que en 2015 se cumplen 70 años. El ponente aseguró que el motivo de establecer este día para la conmemoración es, principalmente, para que “la memoria de las personas que fueron brutalmente asesinadas por un régimen aberrante permanezca siempre y que se diga en voz alta y que reclame y se reivindique que nunca más ocurran barbaridades como las que ocurrieron”.
Imbroda analizó también las razones que hicieron posible a esta situación e hizo un recorrido por las fases que llevaron a un país como Alemania, que, según el ponente, estaba considerado como una de las potencias culturales de Europa, a apoyar a Hitler en su afán por “la construcción de una maquinaria y de una industria de la muerte, que fueron los campos de exterminio y la denominada solución final del exterminio de 6 millones de judíos”. También puso algún ejemplo de intelectuales de la época que justificaban las medidas raciales del líder teutón.
Asimismo afirmó que también se produjo la masacre de otros colectivos como los gitanos, los alemanes que no cumplían con los estándares arios o los que no compartían los ideales políticos del régimen alemán.
El objetivo de la charla, según Imbroda, fue el de “hacer pensar y meditar” para evitar que actos como este vuelvan a ocurrir.
La mayoría silenciosa
En representación de la Comunidad Israelita de Melilla, que organizó el acto, estuvo presente Jaime Azancot, su presidente. En su discurso de introducción, el representante judío se cuestionó cómo pudo darse una masacre así, ya que Hitler llegó al poder democráticamente y “la gente sabia cómo pensaba porque había publicado y difundido alto y claro su forma de pensar”, por lo que advirtió del “peligro de que una mayoría silenciosa de millones de personas dejen que esto pase, que la gente normal y buena se ocupase de sus asuntos mientras sus vecinos, colegas compañeros eran deshumanizados”. “Este impactante hecho lamentablemente, nos muestra que la mayoría de la gente y que todos los gobiernos se preocuparon poco de los judíos, gitanos y de los asesinados”, concluyó Azancot.
Asimismo, el presidente de la Comunidad Judía de Melilla aseguró que “Auschwitz no solamente significa la muerte de seres humanos, sino también la agonía de la moral humana” y que “los seres humanos al final deben hacerse responsable de sus actos y reaccionar ante la maldad, incluso ante aquellas circunstancias más extremas”.
Microcosmos cultural
El representación de la Ciudad Autónoma habló en el acto Fadela Mohatar, presidenta del Instituto de las Culturas. La también viceconsejera de la Mujer afirmó que el Gobierno tiene un afán por “promover acciones, experiencias y actividades que redunden en un mejor conocimiento de unos sobre otros”, lo que considera esencial para “poder mejorar la convivencia que ya tenemos en nuestro microcosmos de culturas”.
Al término del acto, Juan José Imbroda, junto con otros representantes de diversas comunidades de la ciudad, como el rabino Yamin Bitan, encendieron velas para recordar a las víctimas.
Siete melillenses, víctimas del exterminio nazi
El encargado de ofrecer la ponencia de ayer, Blas Jesús Imbroda, quiso recordar a los siete melillenses que fueron víctimas del exterminio nazi por motivos políticos. Éstos estuvieron recluídos en el campo de concentración de Mauthausen, donde sufrieron los trabajos forzosos y las barbaries del régimen de Adolf Hitler.
De los siete melillenses, cuatro de ellos perdieron la vida en las instalaciones alemanas: José Fajardo García, que falleció con 32 años, Rafael García Segura, que murió 24 años, Manuel Rojas de la Cruz, con 29 años y Mariano Tos Plané, con 21 años.
Por otro lado, los tres supervivientes fueron sometidos a trabajos forzosos y sobrevivieron por ser útiles para llevar a cabo tareas para los nazis. Ellos fueron Joaquín Callejón Inglara, Antonio Delgado Jurado y Antonio Muñoz Zamora.