Se quedó sin margen de reacción el Melilla tras un mal segundo cuarto que culminó con un pésimo regreso de vestuarios en el que el Carramimbre abrió brecha y decantó un duelo que no dejó marchar en un último cuarto de control.
Los melillenses cayeron derrotados por el resultado de 78-70, en un irregular partido jugado por los hombres dirigidos por Alejandro Alcoba
En Pisuerga se respiró cierto aire de revancha por la eliminación en los pasados play-off. Las ardillas, de la mano de Bartley, cumplieron con los deseos de los suyos, aupando al club castellano al liderato provisional. El bloque norteafricano sigue sin en proceso de acoplamiento, con un pobre balance de 1-2 en este comienzo de temporada en el que se han vislumbrado problemas para controlar la pintura. El choque estuvo marcado también por un reseñable carácter solidario. El 20% de la taquilla se destinó a la Asociación Española Contra el Cáncer. Además, las 500 primeras mujeres que entraron al pabellón recibieron una equipación de color rosa.
La muñeca de Matulionis no falló en los primeros compases, y Hartwich dominó la pintura rápidamente. Bartley, desde la media distancia, parecía la única arma del conjunto pucelano. Su atasco era evidente, Carramimbre no encontraba su juego interior. Muchos intentos tras la línea de tres, pero muy poco o ningún acierto. Ante esta situación, Hugo López, con 11-18 en el marcador, pidió tiempo para corregir a los suyos. Y vaya si funcionó. En los dos últimos minutos del cuarto, CBC Valladolid igualó la contienda (18-18).
Los forasteros tenían que recuperar la iniciativa perdida. Un gran gorro de Agada invitó al optimismo, pero las tornas habían cambiado. El rebote defensivo y ofensivo eran dominados ahora por los locales. Hartwich veía con impotencia cómo los balones iban lejos de su amplia envergadura. Y para colmo, Niksha Federico y Tom Granado empezaron a meterlo todo desde el exterior. Con 28-19, Alejandro Alcoba paró el partido para frenar la sangría.
Pero nada cambió. Matulionis se vio sin espacios, y mientras tanto, Agada estaba totalmente negado. Naturalmente, la grada de Pisuerga se creció con lo que presenciaba en su cancha. Solo un fantástico triple de Misters, a falta de tres minutos para el descanso, rompió la nefasta racha del Melilla. Pero muy poco más antes de desfilar hacia los vestuarios. Hasta 9 hombres de Carramimbre habían anotado. Solo 5 azulinos podían decir lo mismo.
Nada más comenzar el tercer cuarto, Matulionis pisaba mal y pedía el cambio. Parecía que las cosas no podían ir a peor. O eso pensaban los visitantes. El quinteto inicial del equipo vallisoletano causó estragos en este tramo del encuentro y abrió brecha (48-31). Afortunadamente, Matulionis pudo regresar a la pista. El lituano, ex de Bilbao Basket, hizo tres triples consecutivos que inquietaron a los de casa. Parecía el único a su nivel habitual. Pero la reacción del Decano no se completó por la falta de intensidad en los rebotes, sobre todo los defensivos.
Melilla encaró los 10 minutos definitivos 14 abajo (64-50). Una renta muy difícil de salvar en un día gris. Mediado este cuarto final, la diferencia no solo no había disminuido, sino que se fue hasta los 15 puntos. Lo cierto es que la sensación era de conformismo en ambos conjuntos. Pero solo Carramimbre había hecho los deberes. Bartley fue uno de los pocos que mantuvo el pie en el acelerador. La falta de garra entre los hombres de Alcoba continuó siendo su principal pecado. Aunque maquillaron el marcador antes de la conclusión de este enfrentamiento con 78-70.