El conjunto que entrena Alejandro Alcoba recibirá el premio en el transcurso de la XXIII Gala del Deporte. El jurado considera que el Decano cuenta con méritos más que suficientes.
La fecha del viernes, 27 de mayo de 2016, ya está grabada con letras de oro, en los anales deportivos de Melilla. Aquella noche, en el palacio de los deportes de Huesca, el Melilla Baloncesto se imponía el Peñas por 86-96, y conseguía el ansiado ascenso a la Liga Endesa o, lo que era lo mismo, a ACB. Fue necesaria una prórroga pero, al final, el sueño se hizo realidad.
Atrás quedaban algunos meses de incertidumbres, jalonados con noches de esplendor que iban subiendo peldaños para conseguir que el baloncesto melillense alcanzara el cénit tantas veces soñado. Y, la verdad, es que no fue fácil, aunque finalmente un equipo melillense, con un técnico melillense al frente ( Alejandro Alcoba ), superaba uno tras otro los obstáculos de las eliminatorias y materializaba el sueño de toda una ciudad como la nuestra.
La trayectoria
Lo cierto es que, en los albores de la competición, todo el mundo daba al Melilla Baloncesto como uno de los grandes candidatos al triunfo final. Para ello se había confeccionado una plantilla con algunos de los jugadores más destacados, echando la casa por la ventana, como afirma el vulgo, pero con la idea fija de hacer realidad el sueño, y a la vez deseo, de toda la ciudad.
Tras una temporada, en la que hubo altibajos en principio no previstos, se consiguió el subcampeonato (solo detrás de Palencia) y con ello la posibilidad de unos cruces mejores en las eliminatorias.
Con los deberes ya hechos y los nervios más asentados, los choques frente al Cáceres fueron un camino de rosas con un tres a cero claro, que dejaba expedito el camino hacia las semifinales frente al Leyma Coruña y se necesitó llegar al quinto encuentro. Un partido que los melillenses ganaron por un apretado 88-82, pero que bastaba para el pase a la última y decisiva eliminatoria, en la que se enfrentarían al Peñas de Huesca, que aspiraba a retornar a la máxima categoría del basket nacional.
Y en los momentos decisivos, como si se hubiera tocado arrebato, las figuras del Melilla Baloncesto emergieron y al final se consiguió hacer realidad el sueño con un tres a cero definitivo, que rubricaba cual había sido el mejor equipo en las eliminatorias por el ascenso a la ACB.
Hasta llegar al pitido final, el equipo melillense había jugado 42 partidos (30 Liga, 11 playoffs y 1 Copa), con 31 victorias (22 en Liga y 9 en playoffs); once derrotas, (8 en Liga, 2 en playoffs y 1 en Copa), con 3.368 puntos a favor y 3.038 en contra.
Méritos y nueva campaña
Pero el jurado de la Asociación de la Prensa Deportiva de Melilla, estudiando a fondo las propuestas de sus asociados, no se ha detenido, solamente, en la consecución del ascenso a la ACB, sino que ha tenido muy en cuenta que el Club Melilla Baloncesto consiguió el Subcampeonato en la Copa Princesa de Asturias y el subcampeonato en la Liga LEB Oro, en lo que a la temporada 2015-16, se refiere, mientras que la andadura en la mitad disputada de la actual 2016-17, también arroja un balance positivo, a pesar de que hasta final de año no se hubieran cumplido plenamente los objetivos. Las lesiones de varios de los hombres claves, unido al despertar de algunos equipos que venían a demostrar la igualdad existente en la competición, motivaron el que los melillenses debieran esperar a hacer plenamente los deberes en la segunda mitad. Unos contratiempos que se comenzaron a solventar en el último mes del año enderezando el rumbo.
Todos estos méritos, puestos en el platillo de la balanza, son los que han llevado a la APDM a la concesión del Trofeo Geeppard, al Club Melilla Baloncesto, como Mejor equipo de Melilla del año 2016.