La Consejería de Bienestar Social se encuentra estudiando cómo sufragar los costes del copago hospitalario a enfermos crónicos, que entró en vigor ayer mismo. Así lo anunció el presidente autonómico, Juan José Imbroda, quien consideró “injusto” que este colectivo tenga que desembolsar “aunque sea una pequeña cantidad económica” cuando adquiere medicamentos en las farmacias de los hospitales. “No me gusta”, apuntó. Asimismo, resaltó que la Ciudad Autónoma “está para ayudar a los melillenses”.
La decisión del Ministerio de Sanidad de usar el copago en los medicamentos adquiridos en las boticas de los hospitales comenzó a aplicarse ayer en Melilla, al igual que en el resto de España. Nueve autonomías se han negado a aceptar esta medida. Aunque técnicamente la Ciudad no se cuenta entre ellas, se está buscando una solución para evitar que los enfermos crónicos tengan que desembolsar dinero alguno.
Imbroda recordó que el máximo exigido a los pacientes hospitalarios por receta “no es mucho”, unos 4,20 euros. No obstante, insistió en que consideraba “justo” que su Gobierno ayudara a este colectivo.
Buscando la fórmula
El presidente reiteró que la Consejería que dirige María Antonia Garbín se encuentra estudiando cómo correr con estos gatos. No en vano, afirmó que habrá novedades a lo largo de este mes y que la iniciativa de su Gobierno tendrá efecto retroactivo, es decir, que se sufragarán aquellas recetas de los pacientes melillenses afectados por el copago a contar desde ayer, cuando la medida entró en vigor. “Estamos buscando una solución. Estará lista en los próximos días”, insistió el presidente.
Un regate sin rebelión
Canarias, Andalucía, Aragón, País Vasco, Cataluña, Comunidad Valenciana, Extremadura, Castilla y León y Baleares son las nueve autonomías españolas que ayer decidieron no aplicar el copago de recetas en sus centros hospitalarios.
Técnicamente, Melilla no se puede contar entre las ‘rebeldes’, aunque la decisión del Gobierno local supone un hábil regate al Ejecutivo de Mariano Rajoy para no tener que aplicar una medida impopular y que ha suscitado protestas a lo largo y ancho de todo el territorio nacional.
De esta forma, la Ciudad Autónoma evita un desencuentro con el Gobierno central y se pone del lado de los enfermos. Eso sí, habrá que esperar para ver qué fórmula encuentra Bienestar Social para correr con los gastos del copago, pues la decisión supone cierta paradoja, al pedir la administración estatal un dinero a los ciudadanos que pagará directamente la local.
No en vano, hay que señalar que la medida es viable en Melilla, habida cuenta de que, según el Ingesa, la cifra de pacientes afectados no es demasiado elevada. Si se cumplen los plazos calculados ayer por el presidente Imbroda, en los próximas semanas habrá novedades sobre este asunto.