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Ayer fue juzgado un hombre que intentó pegar a un enfermero de Urgencias el pasado 23
El pasado 23 de enero, un paciente que se encontraba en Urgencias del Hospital Comarcal fue denunciado por intentar golpear al enfermero que lo atendía, agresión que no llegó a producirse gracias a la rápida intervención de otros sanitarios que presenciaron los hechos. No hubo, por lo tanto, daños físicos, pero el trabajador que pudo esquivarlos sí recibió amenazas de muerte por parte del energúmeno, que le espetó estas palabras: “Me he quedado con tu cara, te voy a coger y te voy a matar”.
Ayer, poco más de una semana después del suceso, se celebró el juicio a esta persona. Tanto el Ministerio Fiscal como la acusación particular reclamaban una condena a dos años de cárcel para el autor confeso de los hechos. El denunciado no negó su autoría, pero declaró que su conducta se debió al “dolor insoportable” que sufría en el momento de ese episodio violento y pidió perdón “de corazón” al denunciante.
Esta muestra de arrepentimiento causó que Fiscalía modificara su calificación de la pena, que en principio era de atentado, y la rebajara a dos delitos leves de amenazas -el individuo también había increpado a otro sanitario-. Así, de los dos años de cárcel que solicitaba antes de iniciarse la vista, la acusación pública pasó a reclamar sólo una multa de 1.080 euros.
Sin embargo, la acusación particular no siguió el mismo criterio y mantuvo su petición de dos años de cárcel para el encausado.
Es posible que 24 meses entre rejas sea un castigo elevado para esta conducta, pero más cierto es que la multa es irrisoria y difícilmente podrá servir de ejemplo para que quienes se creen con bula para atacar al personal médico y de enfermería dejen de sentirse impunes.
Es necesario aplicar medidas justas, pero también ejemplares, para que los agresores dejen de campar a sus anchas. Y está en manos de la Justicia dar el puñetazo en la mesa que termine por meter en vereda a los violentos.