Le cuesta hablar todavía. La voz apenas le sale del cuerpo y continúan los dolores. El joven de 17 años que en la medianoche del domingo al lunes fue agredido supuestamente por un grupo de “seis o siete” policías que estaban fuera de servicio fue dado de alta en la noche del lunes. En su casa, el menor relató ayer a El Faro su versión de los hechos. “Me pegaron un tortazo. Y cuando me giré, otro me pegó. Me fui corriendo y me acorralaron y encontré una botella de cerveza que estaba al lado. Pegué a uno y de repente saltaron todos a por mí y me tiraron al suelo. Empezaron a pegarme, a pisarme los tobillos y la cabeza”, recuerda. Después llegó la Policía pero, según cuenta, no dejaron de atacarle: “Me pusieron las esposas mientras ellos me estaban pegando patones”.
"Que no, que sufra el moro"
De acuerdo con el relato del joven, los policías les dijeron que pararan ya de pegarle pero el menor explicó que escuchó decir a alguno de los supuestos agresores “que no, que sufra el moro”.
Según el chico, todo empezó cuando, tras pasar la tarde pescando, se marchó a casa y, al lado del Puerto Noray, le preguntó la hora a un grupo de personas porque llegaba tarde, tal y como también se relata en la denuncia interpuesta por la familia, a la que tuvo acceso El Faro y fue publicada en su edición de ayer.
“Me confundieron con un mena y me dijeron: ‘vete, mena de mierda, a dormir ya, que es tarde”, asegura el joven, nacido en Melilla, que dice que les respondió que era español.
“Y me pegaron un tortazo. Cuando me giré, otro me pegó. Me fui corriendo y me acorralaron y encontré una botella de cerveza que estaba al lado mía”, recuerda el menor.
Según señala, reconoce que le pegó a uno de ellos y fue entonces cuando saltaron todos a por él y le tiraron al suelo. De acuerdo con su versión, empezaron a golpearle y a pisarle los tobillos y la cabeza. Además, asegura que también le mordieron en una oreja, en los brazos y en la espalda.
El joven explica que dos le inmovilizaron mientras que cuatro le pegaban. Además, asegura que “otros cuatro se escaparon cuando llegó la Policía”. Añade que fue llevado al Hospital Comarcal en el furgón policial y “esposado”, mientras que a los agentes los llevaron en la ambulancia.
“Me encontré al niño en una silla de ruedas, lleno de sangre y engrilletado. Ellos estaban atendiendo a los cinco agentes”, asegura por su parte la madre del chico, que criticó que los que tendrían que dar “apoyo” a la sociedad, “han reventado a palos” a su hijo.
“El niño se ha defendido, tenía miedo y salió corriendo”, apunta la mujer, que también dijo que quería hacer público el caso de su hijo no solo por él sino por otros chicos a los que puede haber pasado algo parecido.
“Solo quiero que se haga justicia”, apunta, al tiempo que subraya que el menor “está destrozado”. “No quiere ni ir a urgencias. Le da pánico. Ha tenido que venir aquí el médico”, explica.
Por el momento, la Dirección General de la Policía ha abierto expediente disciplinario a los cinco agentes del Cuerpo Nacional de Policía implicados en el incidente. Según informó Onda Cero, en la denuncia presentada por los agentes se refiere que fueron atacados por varios individuos al salir de un establecimiento y agredidos con botellas rotas, habiendo sufrido varios lesiones.
La familia del joven melillense de 17 años que en la medianoche del domingo al lunes fue supuestamente agredido por un grupo de “seis o siete” policías que estaban fuera de servicio ha ampliado la denuncia presentada el lunes al entender que también hubo torturas y detención ilegal.
En la ampliación de la denuncia, a la que ha tenido acceso El Faro, se explica que han tenido conocimiento de nuevos hechos. “Durante la madrugada del domingo al lunes y durante todo el lunes hasta las 20:00 horas, el menor ha estado en calidad de detenido (...) hasta el punto de tenerlo custodiado y engrilletado como se hace con cualquier detenido”, se asegura en el documento.
“Y de repente, sin más explicaciones, se le indicó a la madre, que ya no estaba detenido”, continúa la denuncia.
“Esto es incomprensible, dado que no se sabe a qué obedece tal detención policial, estando el menor en cama y maltrecho, como pueden acreditar los facultativos que lo han estado atendiendo”, indican.
Además, también se entiende que se ha producido “un trato degradante física y moralmente, esencia de las torturas”.
“Hay una grabación de vídeo que se tomó en el momento de los hechos, donde aparecen policías de uniforme que dejan que los que están de paisano golpeen al menor incluso cuando está totalmente reducido en el suelo”, se señala en la denuncia.
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