Los españoles hemos asistido atónitos al levantamiento de la obligatoriedad del uso de la mascarilla en lugares públicos. Nos obligaron a usarla porque estábamos fatal, seguimos estándolo y nos la quitan.
En los colegios de Melilla, con una de las ratios más altas del país, la Dirección Provincial de Educación ha optado por mantener la obligatoriedad de llevar la mascarilla en el patio de los centros y apoyamos la medida porque entendemos que prevenir es mejor que lamentar.
El Gobierno español ha querido secundar el levantamiento de restricciones en gran parte de Europa, pero en Melilla hacemos bien en ser precavidos.
Ante la advertencia de la Organización Mundial de la Salud de que la pandemia no ha terminado, hacer la vista gorda, fingir que hemos vuelto a la normalidad y permitir el 'destape', no ayuda a solucionar el problema sino a engordarlo.
Ómicron nos ha demostrado que los niños pueden ser transmisores de la enfermedad en la familia. Un aula confinada en un colegio tiene un impacto grandísimo sobre los padres, madres y docentes de los menores y sobre las empresas y la economía local.
Las pymes no pueden soportar constantes bajas por enfermedad que lastran su productividad y hunden aún más los datos económicos de Melilla. Estamos ante un efecto dominó.
Llevamos una primera quincena del mes de febrero extremadamente dura. De hecho, este viernes, Salud Pública ha anunciado uno de los datos más terribles que hemos registrado durante la pandemia: tres muertes en 24 horas en la ciudad.
Es algo que no habíamos visto en todo el año 2021 y que nos recuerda a los primeros meses del covid, cuando no sabíamos cómo actuar ante un virus letal y desconocido.
Y lo peor no ha pasado. Desde Salud Pública han advertido de que hemos alcanzado el pico de contagios, pero no el de fallecimientos. Esto, lamentablemente, puede ir a más.
Por eso aplaudimos la prudencia de Educación para mantener las mascarillas en los patios de los colegios, pese a que el Gobierno en Madrid recomienda dejar de usarla en exteriores.
En algún momento se estudiarán los motivos por los que hemos tenido en Melilla tantos muertos durante esta sexta ola. Hasta que el momento de rendir cuentas llegue, toca seguir siendo prudentes, mantener las distancias de seguridad y hacernos a la idea de que no hemos tocado techo.
De la pandemia saldremos sí o sí y seguramente nos hará falta mucha más prudencia.
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