Aunque la evolución de la celebración de la Primera Comunión cristiana hasta nuestros días en cuanto a lo festivo es notable y reconocible, la tradición y la fe sigue ocupando su lugar.
Es lo único que no ha cambiado. Así lo destacaron ayer a este periódico un numeroso grupo de familiares y amigos de los niños y niñas del colegio del Buen Consejo que recibieron este Sacramento en la parroquia del Sagrado Corazón de Jesús.
Es abril y, aunque ya se celebran comuniones a lo largo de todo el año, son los meses de abril, mayo y junio los más propicios para ello, por el buen tiempo que suele acompañar.
En una iglesia que estuvo abarrotada de fieles, familiares y amigos, un grupo formado por decenas de niñas y niños impecables y ataviados para la ocasión recibieron por primera vez la comunión. “Ha sido muy emocionante”, comenta a este periódico Mario, uno de los niños que vivió ayer este “día especial”. Se refería al momento en que tomó el pan y el vino. Cuando acabó la misa salió pensando en celebrarlo con su familia y sus amigos.
Tres años de catequesis
Para llegar hasta este día, este grupo de menores ha estado preparándose en catequesis durante tres años. Unas clases que no quedan ahí, porque todavía, después de celebrar la Comunión tendrán que seguir recibiéndolas, como destaca una de las niñas, Aitana.
“Hemos cantado canciones y lo que más me ha gustado ha sido cuando he leído las peticiones”, explica muy contenta y nerviosa. Para ella éste fue el momento “más bonito”.