Una veintena de personas, entre letrados, familiares y amigos, asistirán a la sesión que fue aplazada el pasado 5 de agosto y en la que esperan que, por fin, haya un intérprete en la sala.
En el día de hoy se retoma el proceso judicial contra el ciudadano belga nacido en Melilla, Ali Aarrás, que fue aplazado el pasado 5 de agosto a causa de la ausencia de un traductor árabe-francés que la defensa solicitó al tribunal. Con la esperanza de que Aarrás pueda contar con un intérprete en la sala, cerca de una veintena de personas, entre letrados, familiares y amigos, se han trasladado a la localidad marroquí de Salé para asistir al juicio.
Desde Melilla, los integrantes de la plataforma confían en que, tras tanto aplazamiento, hoy se pueda iniciar el juicio, aunque sostienen en el momento en el que se traten las cuestiones procesales, la única resolución del tribunal debe ser la nulidad del proceso. Y es que, para la defensa de Aarrás, son varias las incoherencias del proceso iniciado contra su defendido desde el mismo momento de hacerse efectiva la extradición, ya que las alegaciones que Marruecos hizo para ordenar la extradición no se corresponden con los cargos que se le imputan en el proceso judicial. Además, cabe recordar que la defensa mantiene que esos cargos ya fueron investigados en España durante dos años por el juez Baltasar Garzón, por lo que, los letrados consideran que no puede ser juzgado dos veces por el mismo cargo.
Cabe recordar que Aarrás y el también melillense Mohamed el Bay fueron detenidos en Melilla en abril de 2008 después de que Rabat emitiese un mes antes dos órdenes internacionales de detención por cargos relacionados con terrorismo y España extraditara a Aarrás en diciembre de 2010.
Precisamente, hoy se cumplen nueve meses desde que Aarrás fue extraditado a Marruecos e ingresado en la cárcel de Salé donde permaneció durante diez días sometido a torturas, según denunció la plataforma melillense que defiende su causa, y de cuya denuncia el tribunal marroquí sigue sin pronunciarse.
Las supuestas torturas le habrían dejado graves secuelas físicas a Aarrás, tal y como se ha venido informando en los últimos meses, como es la pérdida de audición en uno de los oídos así como otros problemas en las piernas.
Además, el abogado melillense, Nayim Mohamed, informó ayer a este diario que Aarrás continúa incomunicado en la cárcel de Salé y sin poder establecer siquiera algún tipo de comunicación con los funcionarios del centro penitenciario. Si a estos nueve meses en la cárcel marroquí se le suma los dos años y medio que Aarrás ha pasado en los centros de Botafuegos y Soto del Real, a disposición de la Audiencia Nacional también incomunicado, “son ya tres años que Aarrás ha permanecido privado de libertad”, con las consecuencias psicológicas que conlleva esta situación para cualquier persona, según comentó el letrado.
Asimismo, Mohamed informó que aún están a la espera de la resolución final del Comité de Derechos Humanos de la ONU sobre el recurso que el Gobierno de España presentó al dictámen que el organismo emitió ordenando la paralización de la extradición, a la que el Ejecutivo socialista hizo caso omiso, refirió.