El presidente accidental de la Ciudad considera una “barbaridad” que entre los años 1997 y 1999 el evento deportivo costara a las arcas municipales más de un millón de euros .
El presidente accidental de la Ciudad, Miguel Marín, rebatió ayer las críticas a la Semana Náutica y considera que la culpa de que en el imaginario colectivo melillense el evento deportivo se perciba como un “despilfarro” de las arcas públicas es de la época en la que Ignacio Velázquez era presidente de la Ciudad. En una entrevista en Onda Cero, Marín afirmó que entre los años 1997 y 1999 la Semana Náutica costaba más de un millón de euros “una barbaridad de despilfarro”. Valoró la reducción que actualmente ha tenido el presupuesto del evento veraniego. “Ahora la Semana Náutica tiene un coste mínimo para la Ciudad Autónoma y, en cambio, tiene una reinversión que multiplica por tres el coste inicial”, argumentó.
El consejero de Fomento, Juventud y Deportes recordó que en la época de Velázquez como presidente de la Ciudad se pagaba a los regatistas por participar en la competición deportiva de la Semana Náutica. “Se les pagaban el alojamiento, el desayuno, la comida y las cenas y ahora no”, afirmó. Explicó que años atrás los regatistas de la Semana Náutica eran “profesionales que venían a gastar lo mínimo y a ganar lo máximo”.
Ahora, en cambio, los participantes en el evento deportivo “no vienen a ganar dinero, sino a disfrutar del deporte de la vela por el amor que le tienen. Vienen a disfrutar, como de unas vacaciones, porque vienen con sus familias. Ellos se pagan el viaje, el alojamiento y todo”.
“Ni un botellín de agua”
Por tanto, ahora, con unos deportistas menos profesionales se consigue generar un consumo adicional que beneficia a la economía melillense. Como ejemplo de ello el presidente accidental explicó que la entrega de premios de la regata antes se hacía de noche y durante una cena. “Ahora la hacemos por la tarde y no les damos ni un botellín de agua. Queremos dar los premios rápido para que los participantes salgan a cenar en los establecimientos de la ciudad”, recalcó.
Marín aseguró que en 2014 el coste para la Ciudad Autónoma es similar al año pasado, de un presupuesto de 161.200 euros. Recordó que en 2013 el gasto medio por regatista y día fue de 146 euros, por lo que, en total se reinvirtió en la ciudad del orden de 500.000 euros. Hay que tener en cuenta que los regatistas viajan a Melilla con sus familiares que o bien llegan en barco o bien en avión y ellos también consumen en los establecimientos melillenses. Marín recalcó que el propio gremio de la hostelería destacó el pasado año que el consumo había aumentado durante la Semana Náutica.
Por tanto, el presidente accidental afirmó que las críticas que se puedan verter ahora contra la Semana Náutica se hacen “por desconocimiento” y por el recuerdo de aquellos años en los que el evento costaba más de un millón de euros, en el tiempo en el que, recalcó, el presidente de la Ciudad era Ignacio Velázquez, ahora líder de Populares en Libertad (PPL).
El impacto económico de la Semana Náutica
El presidente accidental de la Ciudad, Miguel Marín, subrayó el impacto económico que la Semana Náutica tiene ahora en la ciudad. El objetivo del Gobierno de Melilla ha sido que el evento deportivo no solamente se abra a todos los melillenses sino que también tenga una repercusión en la economía local que no tenía antes. “El retorno económico es inmenso”, recalcó.
Además del aumento del consumo interno en establecimientos hosteleros, hoteleros y comerciales, la Semana Náutica lleva consigo una promoción de Melilla que de otra forma costaría a las arcas municipales una cantidad importante.
Según explicó el presidente accidental, el año pasado la promoción que tuvo Melilla en los medios de comunicación nacionales de la Semana Náutica hubiera tenido un coste equivalente a tres millones de euros si se hubiera encargado expresamente una campaña publicitaria sobre el evento deportivo. Por tanto, valoró la promoción que tiene Melilla durante esta semana a coste cero para la Ciudad Autónoma. “Damos una imagen diferente a lo que se asocia generalmente con Melilla, como es la inmigración, la frontera y la valla”, apostilló Marín.