Así hay que calificar el hecho de que el Melilla Fútbol Sala-Peña Madridista pierda la categoría después de quedar en la sexta plaza y veinticinco puntos por encima del descenso deportivo.
La primera temporada de esta División de Honor Juvenil a la que se le dio tanto bombo, ha llegado a su fin, y lo ha hecho sin pena ni gloria. Como ya se comentaba el pasado verano, este ‘invento’ del Comité Nacional de Fútbol Sala iba a quedarse en simplemente eso, en un invento en el que se quería dar prestigio a una competición que empezó hace más de una década y que había ido en decadencia por motivos meramente económicos.
No busquemos otro significado a la nueva denominación. Simplemente era un lavado de cara en el que, curiosamente se volvía al inicio pero en peores condiciones para los equipos de Andalucía, Ceuta y Melilla. Hay que recordar que en Liga Nacional Juvenil de Fútbol Sala existían dos grupos, uno occidental y otro oriental, y eran los campeones de ambos grupos los que tenían derecho a tomar parte en una Fase Final que era un auténtico lujo para los amantes de este deporte que podían ver in situ en una misma sede a los mejores equipos nacionales y por ende, a las futuras estrellas del futsal, algo que nadie puede negar porque son muchos los jugadores que tomaron parte en estas fases finales que hoy en día juegan en la máxima categoría del fútbol sala nacional, siendo algunos de ellos fijos en la Selección Nacional que dirige Venancio López.
Se cambiaba el formato que se había dado en el Sur en el que hace años se formó un único grupo con la intención de dar más nivel, algo que iba en beneficio de los jugadores. Un formato que se había ido al traste por los problemas económicos que soportaban los equipos. Desde el ente federativo ya no se apostaba por el fútbol sala en esta categoría y como dar un paso atrás volviendo a formar dos grupos quedaba ‘feo’, inventaron un nuevo nombre. Aún así no tenían equipos suficientes y en Andalucía se ofertaban plazas a diestro y siniestro. Llegó la idea de que los equipos de Primera y Segunda División tuvieran que participar y esto hizo que el Melilla Fútbol Sala llegara a un acuerdo con la Peña Madridista para formar un equipo partiendo prácticamente de la nada en cuanto a jugadores de fútbol sala se refiere.
El trabajo llevado a cabo por los hermanos Huertas, Viki y Joaquín, así como el de sus jugadores, ha sido intenso y más que alabable, logrando acabar la liga en la sexta posición, aventajando a seis equipos y veinticinco puntos por encima del descenso que ha sido para el Loja FS. Pero de nuevo aparece el tema económico, ese que hizo que se alcanzara un acuerdo entre la Federación Melillense y la Andaluza para que el peor clasificado de nuestra ciudad perdiera la categoría y así evitar tener que abonar los gastos de desplazamiento que, al parecer, sólo dan para un viaje a Melilla. Así las cosas, lo único que queda claro es que se vuelve a dañar al fútbol sala, engañar a un equipo y lo que es peor, jugar con la ilusión de unos jugadores que se han dejado el alma en las canchas de juego.